Guerra en paz con la receptoría (+fotos)

Del banco a la titularidad ha saltado el joven espirituano que defiende con garras el equipo detrás del plato. Sobre sus resultados y motivaciones, en la recta decisiva de la Serie Nacional de Béisbol, dialoga con Escambray

Yadiel cree que el secreto para sorprender está en coger y soltar rápido la bola. (Fotos: Alien Fernández/Escambray).

“No he hecho nada”. Fue la réplica de Yadiel Darío Guerra Cabello cuando hace algunos días le pedí esta entrevista. Pudo ser por modestia o porque no es dado al diálogo; pero, para suerte de los Gallos, todo lo que este joven ahorra en palabras lo compensa con creces detrás del plato.

Desde allí ha aportado lo suficiente para responder a su inquietud inicial. Su salto ha sido de gigante: del banco a la titularidad, y de ahí a la noticia. Hasta el cierre de la subserie ante Las Tunas, sus números lo ubicaban como el mejor receptor defensivo del país.

Para robarle bases a Guerra los corredores han comenzado a pensar más en su brazo que en sus años: ha atrapado a 24 y le han robado 14 bases, o sea, frustra más de la mitad de los intentos, para un promedio de 583.

Para muchos, entre quienes me incluyo, su posición en la receptoría despertaba incógnitas. Con 21 años, apenas jugó en sus cuatro campañas precedentes, cuando secundó a Yunior Ibarra, uno de los mejores de Cuba. En ese tiempo sumó 582 innings, mientras en esta acumulaba 317.2 hasta el domingo último.

“Como se sabe, no había estado en tantos juegos así con el mismo rigor, los entrenadores me dijeron que prácticamente tenía que echarme el “quecheo” arriba y me preparé para eso. Me enfoqué mucho en los cogidos robando; también en lo que es el bloqueo de bolas. Un receptor se caracteriza, no por un bonito mascoteo, sino por una buena defensa detrás de home. Es verdad que me han salido muchos hombres; lo mío es tratar de coger algunos.

Con Guerra, la defensa parece estar garantizada, y no solo con los cogidos robando. Apenas ha cometido tres errores y cuatro passed balls, para un extraordinario 992, y eso que ha jugado todos los partidos de su equipo.

“No sé qué decirte, siempre me he caracterizado en las categorías inferiores por ser buen receptor, tener buena defensa”.

Lo que sí tiene claro es que todo se lo debe a un hombre: David Pérez Castillo, quien, aunque ya no lo dirige —como en las categorías inferiores en las que llegó al equipo Cuba—, lo sigue desde las gradas del “Huelga” y fuera de estas: “Todo se lo debo a él que ha sido mi entrenador de por vida, lo que sé prácticamente se lo debo; por David llegué al equipo Cuba, me preparó magníficamente, pues también fue receptor. Hoy por hoy me da muchos consejos. Cuando me ve decaído me dice: ‘no tranquilo, que esto es muy largo, tú eres muy nuevo aún’”.

Quien sí sabe qué se esconde detrás de los números es David y aquí la química no tiene máscaras: “Siempre ha sido muy buen receptor, es muy voluntarioso, corajudo en el home, puede estar mata’o como uno dice, pero sale y juega. Cuando viene alguien pa’rriba del home, no importa si es grande o chiquito, lo pueden matar que él no se va, es como el guerrero que pelea hasta el último aliento. Hablamos mucho por teléfono o cuando lo veo, dicen que es difícil, pero para mí ha sido fácil comunicarme con él, se abre conmigo, incluso a veces sus abuelitos allá en Fomento me llaman y me dicen que le hable”.

Para Ibrahim Quintero, entrenador de los Gallos, la clave está en que Guerra “se deshace muy rápido de la pelota, tiene buena efectividad en los tiros, también tiene un buen agarre de la bola. Se trabaja en eso, pero es algo que trae desde las categorías pequeñas, donde tuve la posibilidad de trabajar con él. Aunque habla poquito, asimila cuanto se le dice y el entrenador de picheo lo ayuda mucho”.

Para Yadiel, la técnica decide: “Influye demasiado, si no tienes una buena técnica ahí atrás, en los lances, los tiros a segunda o donde tú tires, creo que se te va a dificultar un poco”.

¿Y el secreto para capturar a los robadores? “Creo que está en coger y soltarla rápido, porque tú puedes tener un buen brazo, pero si no disparas urgente, los corredores avanzan”.

La pregunta me martilla cada vez que lo veo dueño del home y me traslado a los tiempos en que vivía en el banco. ¿Cómo hacerse receptor y no lograr desanimarse?: “Sabía que era mi papel en ese momento. Yo miraba mucho a Yunior Ibarra, él prácticamente era mi ídolo, lo he copiado casi en todo”.

Yo salgo a hacer mi trabajo, mi buena defensa, a tratar de conectarle a la bola, incluso tengo que guiar a veces el pitcheo, aunque las señas se dan desde el banco por los entrenadores.

En su desempeño a la ofensiva (solo 165 de bateo) le pasa lo que a casi todos los receptores cuando se concentran, como debe ser, en su defensa: “Eso no me preocupa, muchas personas me dicen que batee, pero nadie sabe lo que un receptor se cansa, se agota con esos juegos a las dos de la tarde. Pero bueno, yo salgo a hacer mi trabajo, mi buena defensa, a tratar de conectarle a la bola, incluso tengo que guiar a veces el pitcheo, aunque las señas se dan desde el banco por los entrenadores. Los lanzadores se llevan muy bien conmigo, al punto de que quieren que me eche los nueve innings cuando tienen que poner por mí un emergente; pero sigo atento para decirle algunas cositas al que se queda para ayudarlo”.

Como se ha echado el equipo encima y con la clasificación en veremos, Guerra Cabello asume el rigor de cinco partidos seguidos: “Me preparé para esto, son nueve innings con mucho rigor, nunca lo había hecho así, pero mi mentalidad es muy fuerte y siempre me digo, en cubano: pa’rriba del lío”.

Sí le choca la nueva regla sobre el bloqueo en home: “Hay que trabajar en eso, ahí los receptores están un poco indefensos porque se te pueden tirar para arriba y tú no logras bloquear, algunas veces, como que se te pasa porque es nueva, ahí puede estar el error”.

Saltar del anonimato al ojo público podría presionar, pero no parece tener efecto en la actuación del muchacho. “Ni yo mismo esperaba tener este resultado, pero no me presiona la responsabilidad que tengo, ahora muchos me hablan por las redes, pero trato de no mirar eso, solo me concentro en mi trabajo”.

Está consciente de que este es apenas el comienzo y que para hacerse receptor debe estar “agachado” mucho tiempo. “Un receptor no se hace en cinco o seis años, sino prácticamente en una vida, hay que seguir entrenando todos los días”.

Elsa Ramos

Texto de Elsa Ramos
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2014, 2018 y 2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas deportivos.

3 comentarios

  1. FELICIDADES PARA ESTE JOVEN RECEPTOR.

  2. El muchacho lo hace bien a la defensa, solo es joven y debe mejorar el bateo, Sancti Spiritus ha dado muy buenos receptores

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *