El huracán Helene se ha convertido en la tercera tormenta más mortífera que ha azotado Estados Unidos en los últimos 55 años, tras la confirmación de la muerte de más de 160 personas en seis estados del sureste del país, según datos recogidos este miércoles por AP.
Así, la mortalidad del ciclón, que tocó tierra en la noche del pasado jueves en la región de Big Bend, en el estado de Florida, solo fue superada por la del huracán Katrina de 2005, cuando murieron al menos 1.392 personas, y la de Camille, que golpeó las costas del golfo de Estados Unidos en 1969 y dejó 256 fallecidos.
Helene se intensificó a medida que se acercaba a la costa del país, y alcanzó la categoría 4, trayendo consigo enormes mareas ciclónicas y vientos sostenidos de más de 220 kilómetros por hora. Debilitado, avanzó rápidamente por Georgia, las Carolinas y Tennessee, con lluvias torrenciales que desembocaron en graves inundaciones. El estado más afectado fue Carolina del Norte, en donde se registraron 73 muertes.
Además, cientos de personas están desaparecidas debido a los cortes masivos de electricidad y la falta de acceso a las comunicaciones. Más de 1,2 millones de usuarios seguían sin luz la madrugada del miércoles en las Carolinas y Georgia.
En tanto, los servicios de emergencia continúan buscando sobrevivientes entre el barro y los escombros tras el paso de la tormenta que arrasó puentes, bloqueó carreteras y destruyó casas y negocios.
«Nuestros equipos de respuesta a emergencias siguen rescatando a personas y enviando ayuda urgentemente a las montañas», afirmó este martes el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, reconociendo los grandes desafíos que enfrentan las autoridades.
Por su parte, el presidente Joe Biden viajará esta jornada a las regiones afectadas. El mandatario visitará Asheville, en Carolina del Norte, para ver de primera mano la devastación del huracán.
Gente «desesperada» por ayuda
Si bien más de 800 empleados de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, junto con centros de distribución y equipos, han sido desplegados en los estados afectados para asistir a los damnificados, varías vías cortadas impiden el arribo de suministros muy necesarios como alimentos y combustible.
En ese sentido, Fox Weather reportó que hay gente «desesperada por ayuda» en Carolina del Norte. La escasez de combustible provocó largas colas en las gasolineras a medida que la tensión entre los residentes aumentaba.
Las caldeadas discusiones entre los exhaustos habitantes en busca de suministros llevó a considerar a la Policía colocar agentes en las filas para calmar los ánimos.
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