Hospital Provincial de Rehabilitación de Sancti Spíritus: Hasta el más mínimo detalle (+fotos)

Con 33 años de labor, el Hospital Provincial de Rehabilitación de Sancti Spíritus constituye un centro de referencia en el país, único fuera de la capital que atiende el Programa Nacional de Esclerosis Múltiple

El hospital acoge a enfermos de varias provincias cubanas. (Fotos: Yoanna Herrera/Escambray).

Nunca imaginó Giselle Sánchez Freire que su bebé Daniel padecería de un infarto cerebral intraútero. Luego del nacimiento, imponerse al hecho fue un desafío. Pero el sueño de ver a su pequeño crecer y desarrollarse se hace realidad, gracias al equipo de profesionales del Hospital Provincial de Rehabilitación Doctor Faustino Pérez Hernández, de Sancti Spíritus. Con satisfacción en el rostro, cuenta en pocas palabras que el niño se rehabilita desde los tres meses de nacido en esa instalación, donde se respira esperanza. “Ha avanzado mucho, logró caminar y solo le queda perfeccionar el movimiento de una mano”, expresa con la mirada puesta en su hijo, a quien no pierde de vista ni un segundo.

“Acudo todos los días desde Jatibonico a este lugar porque no hay hospedaje para los niños, y no me pesa. Cada vez que veo los cambios tengo más fuerzas para viajar y continuar con el tratamiento. Siempre me han tratado superbién, y con Daniel todo es especial”, comenta emocionada.

Los niños son los pacientes más exigentes y agradecidos.

Justo en la Carretera de Zaza se erige, más que un hospital, la casa segura de muchos pacientes de varias provincias. Personas con afecciones diversas encuentran tratamientos de la más alta calidad y trabajadores entregados por entero.

PROFESIONALIDAD Y GRATITUD DE LA MANO

A pesar de un contexto muy complejo y de las limitaciones existentes en el sector de la Salud, en la institución se mantiene la vitalidad de todos los servicios.

El Hospital de Rehabilitación cuenta con 34 camas, de ellas 24 destinadas a diferentes enfermedades y 10 al Programa Nacional de Esclerosis Múltiple; en este último caso, resulta, desde el año 2003, el único centro de su tipo fuera de la capital del país con tratamiento y condiciones específicas para ese tipo de enfermos.

Con una dulzura singular, la fisiatra Sara María Díaz Díaz labora aquí desde hace 20 años. Cuenta sobre la dicha de permanecer en una institución de referencia con tantos resultados palpables. “El trabajo en el hospital lo hago con mucho cariño. Intento siempre ponerme en el lugar de los pacientes porque ellos tienen sus propias dolencias y esperanzas. Aunque las condiciones sean adversas, lograr empatía es importante y por eso me ha ido muy bien. El dolor es el motivo de la consulta y en muchos casos las limitaciones físicas importantes, es decir, no pueden caminar, agarrar objetos, y vienen con un cúmulo de malestares”, asegura.

“Damos consulta una vez a la semana —puntualiza—. Nosotros los médicos fisiatras no atendemos ni urgencias ni emergencias, sino prioridades de pacientes: edad, limitación, diagnóstico, pronóstico de rehabilitación, patología que presenta, tiempo de espera para comenzar una rehabilitación intensiva, entre otras patologías”.

Es una atención a nivel secundario, con características propias, apunta la doctora. “Se comienza con terapias sencillas hasta las más avanzadas. Ellos se valoran en una consulta de evaluación, reevaluación y seguimiento. Posteriormente, se define si el tratamiento lo pueden cumplir en el área de salud, de manera ambulatoria o en nuestro hospital”.

En el caso del Programa Nacional de Esclerosis Múltiple, es una fortaleza del Hospital Provincial de Rehabilitación. Su materialización está muy bien concebida, con resultados favorables en distintos ámbitos.  

La también máster en Ciencias en Medicina Bioenergética y Natural esclarece que acuden pacientes del centro del país con afecciones cerebrovasculares, enfermedad de Parkinson, padecimientos de origen reumático, neuropatías y otras dolencias. “Al ser un centro único, atendemos los padecimientos más complicados.

“Además, nosotros desarrollamos una atención docente significativa, donde trabajamos el pregrado y posgrado y los diplomantes, por lo cual llevamos a cabo la parte de formación e investigación”, refiere con notable orgullo.

El hospital acoge a personas de todo el país. Actualmente, se encuentran ingresados pacientes procedentes de La Habana, Ciego de Ávila, Camagüey, Villa Clara, Matanzas y Sancti Spíritus.

Una atención esmerada reciben los pacientes del Programa de Esclerosis Múltiple.

“Mi hermano Yoilán Morejón Echarte sufrió un trauma de cráneo severo producto de un accidente automovilístico”, cuenta Yoleiny Morejón, quien dejó atrás su hogar para acompañar a su familiar en la añorada recuperación.

Al conocer de los resultados del hospital espirituano, se trasladaron desde la provincia de Matanzas. “Nos han acogido con mucho amor —dice Yoleiny—, las condiciones y las atenciones son maravillosas. Mi hermano en la semana que se ha rehabilitado ha tenido un cambio notable y su evolución es satisfactoria. A pesar de las limitaciones del país, aquí se trabaja con mucha pasión para sortear hasta la dificultad más pequeña. Mi familia y yo estamos muy agradecidos”.

LOS MILAGROS DE LA RECUPERACIÓN

En lo que va de año, en la institución sanitaria se han materializado 45 072 tratamientos de rehabilitación, cifra que habla de humanismo y entrega. Desde la paz que se respira allí, crecen los deseos de sanación. La estancia de pacientes, trabajadores y acompañantes es pura magia.

Consuelo Rodríguez Cepeda, licenciada en Cultura Física y Rehabilitación, atiende a los pacientes más exigentes y agradecidos: los niños. “En este momento tengo cinco menores de seis años y varios mayores de esa edad. Por las condiciones estructurales del sitio, no realizamos ingresos, lo cual limita el acceso de pequeños de otras provincias. Ambulatorios sí hemos tenido; niños a quienes los padres les buscan condiciones de alojamiento, y les brindamos entonces su tratamiento con cariño. Me siento muy satisfecha”.

Habla de una manera especial sobre Héctor Félix Cabrera Rodríguez, un niño de Taguasco que padece de una parálisis cerebral infantil y un retinoblastoma bilateral. “Llegó sin caminar hace 15 días y ya da sus primeros pasos sin apoyo, es bien pequeñito y pienso que su evolución será muy favorable. Muchos son los niños que llegan sin caminar y se les da una sistematicidad en su terapia; con el acompañamiento de la familia se consigue bastante”.

Anécdotas como esta florecen en el hospital. Resulta muy gratificante para Consuelo ver el avance de los pequeños. Sabe que es una tarea difícil, pero no imposible. Con sus propias manos elabora materiales para favorecer la rehabilitación motora de quienes descubren un mundo nuevo luego de cada tratamiento.

“Este es un hospital de la Revolución, esa es una premisa desde su fundación. Los servicios son gratis y la rehabilitación en el mundo entero se paga muy caro”, refiere Raisa Hernández Hurtado, directora de la institución sanitaria.

“En el hospital se trabaja con un equipo multidisciplinario —precisa—. No es un centro de urgencias, aquí se rehabilitan pacientes que hayan transitado por diferentes afecciones que requieren rehabilitación tanto neurológica como física. Para llegar aquí, el enfermo primero pasa por el área de consulta que funciona dos veces a la semana; el equipo, conformado por especialistas de Medicina Física y Rehabilitación, licenciados en Rehabilitación, Logopedia y Foniatría, Defectología, Psicología, Enfermería y Medicina Natural y Tradicional, evalúa los casos y define hacia dónde y cómo hacer el tratamiento según su afección.

El centro cuenta, además, con atenciones de Ozonoterapia y Neurofisiología, esta última con 551 estudios en lo que va de año. “Todos los servicios están funcionando, tanto para los pacientes ingresados como para los ambulatorios”, recalca la directora.

“Hoy enfrentamos algunas dificultades, como las tiene la Salud Pública en general, como es el caso de los medicamentos, pero tenemos una ventaja: somos muy cuidadosos con los recursos.

“El principal problema es el transporte —enfatiza— porque estamos en la periferia de la ciudad y solo pasa una ruta de guagua. La transportación con que cuenta el centro no funciona y eso limita la gestión de los recursos alimenticios y la movilidad de los trabajadores.

Otro asunto que golpea es la situación de la cocina-comedor. Al decir de Hernández Hurtado, está propuesta para acoger un proceso inversionista en el 2025.

“No estamos exentos de errores y carencias, pero no puede influir en el tratamiento del paciente —asegura Raisa—, con lo que poseemos, este ejército tiene que batallar”.

Así transcurren las jornadas en el Hospital de Rehabilitación de Sancti Spíritus, donde se curan los cuerpos y se reparan las ilusiones.

Yoanna Herrera

Texto de Yoanna Herrera
Reportera de Escambray

2 comentarios

  1. Merecido reconocimiento a la labor que realizan!

  2. Excelentísimo centro con sus trabajadores. Noble y ardua tarea. Mis felicitaciones a ese maravilloso colectivo.

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