Hace 38 años circuló por vez primera el suplemento cultural de Escambray, publicación que ha venido ganándose desde entonces un sitio de preeminencia entre los intelectuales espirituanos.
Aún no terminaba la época de gloria de los 80 cuando Vitrales salió al ruedo por primera vez. La idea había surgido en el entonces Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central: allí donde el potencial artístico lo propiciara, debía existir un suplemento que diera voz a los intelectuales.
Voz y alma vino a ser Vitrales, oasis a la creación en medio de un panorama que no era precisamente pródigo en espacios editoriales. Tal vez por ello no pocos suspiraron aliviados cuando en aquella primera plana del 19 de abril de 1987 el Consejo de Redacción refrendó un Pórtico a manera de declaración de principios en el que expuso su credo: no sería este un suplemento para la nostalgia por las glorias de antaño, sino que devendría promotor de la más pujante actividad contemporánea, de la cultura en ebullición.
Defensor a ultranza de Vitrales y uno de sus más fieles seguidores, el intelectual espirituano Juan Eduardo Bernal Echemendía recuerda con un emotivo mensaje en su cuenta de Facebook aquella tirada primigenia del que ha sido desde entonces el espacio más constante para la crítica artística y literaria en la prensa de Sancti Spíritus.
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