Al menos 226 personas han muerto y 77 permanecen desaparecidas debido a las inundaciones en Birmania provocadas por los coletazos del tifón Yagi desde la pasada semana, con cientos de miles de afectados y problemas añadidos en la distribución de ayuda por el conflicto que asola al país.
Las cifras fueron actualizadas este martes por la junta militar birmana, que detenta el poder desde el golpe de Estado de febrero de 2021, si bien es difícil saber con exactitud el número exacto de víctimas y afectados debido en parte al difícil acceso a ciertas zonas y a la opacidad del régimen castrense.
La junta militar birmana señaló hoy que más de 163 700 personas se han visto afectadas por el desastre y unas 150 000 viviendas han quedado anegadas, recogen los medios oficialistas.
Por su parte, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) estimó en su último informe que más de 631 000 personas se han visto afectadas por el desastre, mientras que habrían muerto «cientos» de personas, subrayando la dificultad en la recopilación de datos.
«La mayoría de las zonas siguen anegadas y se están llevando a cabo las tareas de evacuación y la asistencia de emergencia. A pesar de los desafíos, los socios humanitarios han comenzado a informar sobre el impacto y a planificar la respuesta donde sea posible», remarca la OCAH.
Las áreas más afectadas se encuentran en la región de Mandalay, los alrededores de la capital, Naipyidó, y el nororiental estado Shan, entre otras regiones del país. Algunas zonas, sobre todo la ciudades, están más controladas por la junta, mientras en parte de Shan y en áreas rurales grupos rebeldes ejercen mayor dominio.
Birmania se encuentra sumida en un conflicto armado que afecta a gran parte del país, principalmente la periferia, tras el golpe de Estado, que exacerbó la guerra de guerrillas activa desde hace décadas y provocó una emergencia humanitaria.
«Los equipos de rescate en el terreno estiman que al menos 300 personas han muerto (…). Hay pueblos enteros cubiertos por el lodo, con todas las casas enterradas», dice a EFE el miembro de una organización civil que distribuye ayuda humanitaria en la región de Mandalay, y quien prefiere proteger su identidad.
«Lo difícil es el acceso, algunas carreteras son intransitables (…). Hay puentes que han quedado destruidos», afirma. «Hay familias con todos sus miembros desaparecidos», añade por mensaje.
Millones de personas se han visto afectadas por el temporal en el Sudeste Asiático, principalmente en Vietnam, golpeado por el tifón Yagi el 7 de septiembre y donde dejó más de 290 muertos, tras pasar por Filipinas y China, y afectar también a Laos y Tailandia.
Al impacto del Yagi, procedente del mar de China Meridional, se han sumado en Birmania las lluvias monzónicas procedentes de la bahía de Bengala.
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