Con solo 22 años, Ivette Echemendía Cepeda ha subido al escenario en múltiples ocasiones; primero como aficionada y ahora, como profesional. De cualquier manera, para la joven espirituana lo más importante siempre ha sido transmitir emociones con su voz. Sin más tradición artística en su familia que la de un tatarabuelo trovador, Ivette sintió desde muy pequeña la necesidad de cantar.
Próxima a graduarse como licenciada en Pedagogía-Psicología, ha representado a la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez en varios Festivales de Artistas Aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). Por su desempeño en estos certámenes mereció el reconocimiento Vanguardia Integral Nacional en el apartado de Cultura, distinción que le fue otorgada durante el recién concluido Consejo Nacional de la organización estudiantil.
Para conocer más sobre su trayectoria artística, Escambray conversó con la joven promesa de la música espirituana.
¿Cuándo fuiste consciente de que podías cantar y hacerlo bien?
Desde muy pequeña cantaba, pero es a los ocho años que voy a la Casa de Cultura para hacer pruebas de canto. Ahí fue donde me di cuenta que tenía buena afinación, que tenía excelentes condiciones para la música. La profesora Florinda Pentón me recomendó comenzar en la compañía Haciendo Futuro. Ahí se inició mi carrera.
¿Has recibido clases de canto?
Clases de canto no he recibido, pero sí de piano. Estuve cinco años aprendiendo de este instrumento con la profesora Jaqueline Valdés, en la iglesia del reparto Toyos. Allí existía un proyecto comunitario para enseñar a los niños piano y dirección coral.
¿Cuáles han sido los proyectos artísticos de los que has formado parte?
Como dije antes, empecé por la compañía Haciendo Futuro, del profesor Pedro Jorge. Estuve también en la Brigada Artística de la escuela Serafín Sánchez, donde realicé mis estudios primarios. Ahora estoy vinculada al proyecto comunitario Los Yayaberitos, donde trasmito mis experiencias.
¿En qué concursos y festivales has participado?
Cuando era pequeña participé en varias ocasiones en el Festival de la Canción Infantil Cantándole al Sol. En 2012 obtuve el primer lugar y el premio de la popularidad en el concurso radial La Voz del Verano. Desde 2017 participo en el Festival de Música Popular Arturo Alonso, de Cabaiguán; en ese año obtuve segundo lugar, y en el 2018 y 2023, el primero.
Si te gusta tanto la música y has desarrollado una excelente carrera, ¿por qué estudias Pedagogía-Psicología?
Siempre me ha gustado el trabajo con niños y la Psicopedagogía me permite hacerlo. Una forma de conectar con los niños, adolescentes y jóvenes es la música, por eso siempre he sentido que mi incursión musical está muy vinculada a mi carrera de Pedagogía-Psicología.
¿Qué te ha aportado el Movimiento de Artistas Aficionados de la universidad?
Desde que comencé la carrera me inserté en el Movimiento de Artistas Aficionados. He estado vinculada en los proyectos extensionistas Arte.com y Sonrisa. Gracias a estos proyectos he regalado mi voz en comunidades con situación de vulnerabilidad, en la Escuela de Formación Integral y en el Centro Médico Psicopedagógico Reparador de Sueños, entre otros.
¿Qué significó ser declarada La Voz de Oro en el XXV Festival Nacional de Artistas Aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria?
Para mí fue un gran logro. Era un reto enfrentarse a varios artistas aficionados de todas las universidades del país y ser evaluada por un jurado de primera categoría de Matanzas y La Habana. Lo que me dio ya el pie para ser artista profesional fue ese festival. Hasta entonces no había obtenido ningún premio nacional.
El Secretariado Nacional de la FEU te otorgó, hace unos días, el reconocimiento de Vanguardia Integral Nacional en el apartado de Cultura. ¿Sorprendida?
Me sorprendí mucho, pensé que había más estudiantes que se lo merecían. Me sacrifiqué para poder obtener este premio.
Recibí el reconocimiento de manos del viceministro de Educación Superior, Dr. C. Modesto Gómez Crespo, y del presidente nacional de la FEU, Ricardo Rodríguez González, en el Salón de los Vitrales de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo. Santiago me dejó esa linda experiencia.
¿A quién agradeces tus logros?
Le agradezco primeramente a mi mamá, que siempre ha estado conmigo. A mi familia que confió en mí. También a los profesores Bárbaro, mi instructor de arte en la primaria; Jacqueline Valdés y Pedro Jorge; a los proyectos artísticos en los que he participado, al preuniversitario y la universidad. A todo el mundo.
Muy bonito trabajo sobre esta joven promesa de la cultura espirituana. Le deseamos muchos èxitos en su vida profesional.