Absorto siempre entre tableros, el Maestro Fide Kemel Antonio Gallo García parece vivir de espaldas a las noticias. Por eso ni es muy consciente de que acaba de inscribirse en la historia del juego ciencia en Sancti Spíritus: su sexto lugar en el más reciente Campeonato Nacional Absoluto de Ajedrez Holguín 2024 resulta la mejor ubicación de un trebejista del patio.
Eso de los registros se lo deja a los periodistas y a los amantes de la disciplina. “No tengo ni idea de esas cosas”, dice. Lo suyo es jugar, complicarse y caminar por el filo de la navaja del riesgo en busca de la jugada más audaz, aunque en ello le vaya la partida.
Fue lo que hizo cada vez que salió a defender su territorio en las 10 rondas del evento. Con 6 puntos de 10 posibles, secundó a cinco de los hombres que lideran el ranking en Cuba: Luis Ernesto Quesada (7 puntos), Omar Almeida (7) Carlos Daniel Albornoz (7), Lelys Martínez (6.5) y Dylan Berdayes (6), todos Grandes Maestros.
Lo mejor en Sancti Spíritus lo había escrito Juan José Schwieps Vázquez, “Pepe Chui”, noveno en 1977, en un torneo celebrado en la naciente provincia yayabera, según publica en su perfil de Facebook el entrenador Osmani Pedraza Ledón.
Otro con destacado desempeño en estas lides es el Maestro Internacional Pedro Alejandro Jiménez Fraga, quien acumula el mejor ELO de un espirituano con 2 486 y es el único yayabero que supera la barrera de los 2 400, además de ubicarse sexto en el 2011, cuando los torneos nacionales tenían otro formato por grupos y se clasificaba en semifinales.
Kemel es el presente y el futuro. Con autocrítica voraz, cuenta cada uno de sus deslices, los que le costaron una tabla que pudo ser triunfo cada vez que empezó “inferior” y los que lo llevaron a la derrota. Así, protagonizó tres éxitos, seis tablas y una derrota.
Lo dice sin el brillo que llevaría un suceso de este tipo, pero su victoria en la cuarta ronda ante el Gran Maestro villaclareño Elier Miranda, campeón de Cuba en el 2023, fue rotundo. Había logrado tres tablas en la arrancada: “Salí con piezas negras. Fue la más dinámica y complicada por cómo se desarrolló el juego, no por el nivel de dificultad, sino a nivel táctico por ambos bandos. Él me sacrificó una pieza, pero después no continuó el ataque como debía, entonces terminé escapando, quedándome con una pieza de más y ganando”.
Y, tras dos tablas más, llegó lo que el mismo denomina “la debacle” ante el Gran Maestro Omar Almeida en la séptima ronda: “Perdí con blancas en 20 jugadas, fue un desastre, yo con blancas difícil que pierda, y perdí. Arriesgué demasiado en la apertura, no debí jugar una línea que él conocía, la línea que él jugaba no era muy buena, pero con muchas complicaciones que en la práctica se hacen muy difíciles”.
Sin embargo, se repuso con la fuerza de los grandes, por encima de sus 20 años, y ganó la octava ante otro villaclareño, el Maestro Internacional Yasmani Otero. “Salí bastante inferior en la apertura, hice una elección bien arriesgada, había perdido la partida anterior y salí un poco desquiciado, pero la posición era compleja, no atacó bien, entró en débil, empecé a atacar, traté de defender a toda costa y terminé dando mate con negras”.
Para el cierre quedaron otras dos tablas. Mas el campeonato le dejó otras alegrías, como los 49 puntos que sumó a su ELO, ahora de 2 397 (récord personal) y la norma que adicionó para colocarse a una “casilla” de alcanzar un escalón superior. En este 2024 pudiera convertirse en Maestro Internacional, para lo cual debe superar los 2 400 de ELO y lograr otra norma a su currículo
Parecen metas a su alcance, a juzgar por la ruta competitiva del año: el Capablanca, el Guillermo García y hasta el torneo Villa del Yayabo que prevé celebrarse en abril próximo.
Entretanto, el mejor atleta juvenil de Sancti Spíritus en el 2023 y el primer espirituano en participar en un evento ajedrecístico universal —el Campeonato Mundial Juvenil en México el pasado año, donde terminó en el lugar 35— sigue ensimismado en su tablero, mientras ayuda a que otros le construyan la noticia que él protagoniza.
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