Una de las novedades de la XXXII Feria del Libro —con el objetivo de cumplir con el principal fin del suceso y más allá de su misión mercantil—, resulta, sin dudas, la existencia del Aula de literatura infantil, un espacio que busca acercar el arte de la palabra a un mayor número de públicos.
Dicho lugar, con cobija en la sala de Cabotín teatro, responde a una intención nacional, pero que en predios yayaberos funge como extensión del proyecto Entre letras y fantasía, auspiciado por el Centro de Promoción Literaria Raúl Ferrer y con sede, cada mes, en la Casa de la Guayabera. Hasta la emblemática institución ha llegado parte del alumnado de la escuela primaria Rubén Martínez Villena, de la urbe del Yayabo.
Gracias a la Feria, dicho espacio de diálogo con los escritores del patio, quienes le acercan sus propuestas, sedujo por vez primera a Marcos Antonio Santos Álvarez y Adielis Ruiz Sánchez, alumnos de quinto grado de dicho plantel.
“Aprendimos muchas cosas, nos dieron consejos. A mí me gustó mucho”, añadió él más con los ojos que con las palabras.
“Leo porque amplío mi vocabulario”, aclaró la niña, quien se distinguió en la actividad por responder todas las adivinanzas.
Como para esos pequeños el Aula de literatura infantil resultó un hallazgo maravilloso para Rosa María García Garzón, escritora cabaiguanense.
“Los niños son maravillosos. Pero hoy me sorprendí y me hablaron de El Principito, La Edad de Oro, eso evidencia que hay un trabajo con ellos”.
La también promotora asiste al capítulo espirituano del mayor suceso cultural porque forma parte de las novedades digitales del sello Luminaria. En esta ocasión, les regala a los públicos infantiles Copos de merengue.
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