Hojeó la primera página del libro Cadáver público, confesiones de José Aurelio Paz. Acaso abandona la lectura para centrarse en lecciones de gramática, teoremas geométricos, pasajes históricos o actualizar sus redes sociales digitales.
“Me encanta leer, sobre todo historias de periodistas que también sigo en series y películas. Esta es la de un cubano que después de jubilarse cuenta sus vivencias durante la carrera. Es interesante porque ejemplifica con algunos de los reportajes realizados”.
Con una hoja de vida contada en una de las paredes de su sala, Carolina de la Caridad Rodríguez López reserva un espacio en ese álbum familiar. Apenas tiene 17 años y le restan más fotografías por colgar.
“De pequeña aspiraba a trabajar en la televisión. En quinto grado fui alumna de José de la Caridad Rodríguez Brito, Pepe, una institución del magisterio. Me gustaba redactar, aunque tenía muy mala caligrafía. Creo que todo comenzó ahí, en la escuela primaria Noel Sancho Valladares. De tantos textos solicitados por él me interesé más en escribir. Ya en la Secundaria Básica tuve claro que quería ser periodista”.
Es una de las dos cabaiguanenses invictas en la reciente convocatoria de las pruebas de aptitud para la carrera de Periodismo. Par de suspiros escolares y egresará del Instituto Preuniversitario Urbano (IPU) Nieves Morejón López.
Ingresar al Colegio Universitario para aspirantes a esa especialidad, iniciativa con su segundo período de experiencia en la región central del país, le deparará ocho semanas de formación integral, al vencer el duodécimo grado, y la acercará a la vorágine reporteril.
“Nunca he estado becada, el IPU queda muy cerca de mi casa. Algunas amistades me han comentado la experiencia del ambiente universitario y tengo curiosidad por salir de la casa para matricular en el colegio, adjunto a la Universidad Central Martha Abreu de Las Villas. El curso introductorio que nos impartirán está previsto inicie en abril y culmine en junio. Recibiremos las asignaturas de Español, Historia de Cuba, Matemática y Cultura Política, en las que nos exigen mantener un alto nivel de estudio”.
Cumplir un año de Servicio Militar Activo (SMA), requisito añadido para las jóvenes que opten por la Licenciatura en Periodismo a partir del próximo ciclo académico, retará a Carolina, dispuesta a combinar sus rizos con el traje verde olivo.
“Mi familia me preguntó qué decisión tomaría, si cambiaría de carrera. Esto es lo que quiero, lo único que me gusta. Si hay que pasar el SMA lo haré. Me han contado que es muy fuerte por la intensa actividad física, hay que levantarse temprano y debemos permanecer lejos de la casa durante tantos días, pero no es algo que me atemorice”.
Nunca ha puesto un pie en ninguna de las redacciones del sistema de medios de comunicación de la provincia. Aguarda el momento, mientras la vocación se afianza y galopan sus sueños.
“Me encantaría ser una de las mujeres que en Cuba ejercen el periodismo deportivo. Reportar las incidencias de nuestros atletas en eventos internacionales y prepararme para narrar boxeo”.
Convencida de la responsabilidad social que eligió para realizarse, Carolina no contará un lustro para compartir una reflexión garciamarquiana incorporada a sus días: “El periodismo es la profesión que más se parece al boxeo, con la ventaja de que siempre gana la máquina y la desventaja de que no se permite tirar la toalla”.
“Cuando supe que había superado las pruebas de aptitud fui la persona más feliz del mundo. Corrí hasta el portal para decírselo a mi papá y enseguida hablamos con la familia que vive lejos. Me llena de emoción, ya no puedo con los deseos de entrar a la carrera”.
Un reportaje “triunfalista” , en buen cubano “bueno, bonito y barato”, que no retrata la verdadera cara del SMO, que desde mi punto de vista, NO ESTÁ APTO PARA MUJERES. Sospecho que de ahora en adelante, las féminas huirán “como la misma peste” de la carrera de Periodismo> Si yo tuviera una hija ahora mismo que tuviera vocación por la información, le comería el cerebro con tal de que opte por otra carrera. Dentro de 3 o 4 anos, los jerarcas del Ministerio de Educación Superior sacaran cuentas y verán que a penas encuentran mujeres para la carrera por el inconveniente de la obligatoriedad del SMO. Tiempo al tiempo.