Labores que hablan de equidad (+fotos)

Desde hace más de diez años a Pedro le diagnosticaron una discapacidad auditiva severa. La primera señal llegó cuando, uno de sus compañeros, tuvo que alzar la voz para que escuchara y entendiera lo que decía. Con estos signos comenzó todo, hasta que un buen día necesitó uno de esos aparatos auditivos que ayudan a estas personas a no desligarse del mundo.

Al principio pensó que nunca más volvería a manejar. Sin embargo, gracias a estos adelantos pudo asumir su labor como chofer sin el menor de los tropiezos. Como Pedro, hay otras personas que, a pesar de su situación de discapacidad, desempeñan diversos oficios, muestra de una sociedad inclusiva, defensora de la igualdad de derechos y oportunidades.

Son seres humanos a los que la vida les puso frenos, mas, han decidido despojarse de los miedos y seguir adelante. No pudieron elegir su futuro; sin embargo, hoy ganan sonrisas y se sienten útiles en los diferentes espacios donde laboran. En estos lugares encuentran franquezas y alivio a sus dolores, pues caminan derecho al corazón.

MÁS ALLÁ DE LA DISCAPACIDAD

Hace más de diez años que Yamilet Ovalle Castro llegó hasta el taller de discapacitados de Meneses, perteneciente a la Unidad Administrativa de Producciones Varias (Emprova), de Yaguajay. Con un moderado problema visual, esta mujer, junto a otras personas, se dedica a la elaboración de objetos de papel como cajas de cumpleaños, material de oficina, entre otros elementos que distinguen a estas instalaciones que estremecen el corazón de todo el que las visita.   

“Aquí hacemos cajitas de cumpleaños, files, sobres de pago y capacillos. Todos los días vengo a trabajar. Me siento satisfecha de poder trabajar aquí, porque es un colectivo bueno, donde nos atienden muy bien. Me siento muy contenta y realizada”, apunta Ovalle Castro.

Como Yamilet, otras personas en situación de discapacidad han encontrado empleo en Yaguajay. Al cierre del 2023 cerca de 150 individuos se incorporaron al trabajo, en el empeño de contribuir a la sociedad y apoyar su economía familiar.

Bien lo sabe Maykelín Medina Hernández, especialista de la Dirección Municipal de Trabajo en Yaguajay, quien explicó que seres humanos con limitaciones auditivas, físico-motoras y visuales se vincularon a diversas labores en el territorio, tanto en los talleres de discapacitados de la Emprova, como en actividades por cuenta propia.

Según Medina Hernández, dentro del sector privado, yaguajayenses discapacitados se desempeñan como poncheros, mensajeros y carpinteros. No obstante, aclaró, que otros también fungen como profesores de Educación Física, instructores de arte y se desempeñan en sectores como Comunales, Transporte, Salud y en el Polo Turístico Cayo Santa María, de Villa Clara.

Para otorgar los empleos, la especialista apuntó que la Dirección de Trabajo precisa de resúmenes médicos de cada caso, con el propósito de evaluar sus capacidades y determinar si están en condiciones de asumir las ofertas.

“Estas opciones laborales posibilitan que las personas en situación de discapacidad sean miembros activos de la sociedad, con participación plena y efectiva”, refirió Maykelín. 

SENTIRSE ÚTIL

Nuris Souza Cruz lleva más de 30 años como trabajadora en el taller de discapacitados de la localidad de Meneses. El hecho de estar aquí es motivo para que no falte la felicidad en su vida. Quizás por ello no le alcanzan las palabras para tanto agradecimiento. Solo atina a decir que “se siente contenta” y eso ya es suficiente.

Algo similar ocurre con Yusleny Oliva García, quien labora desde hace 18 años en este mismo lugar. “Aquí lo mismo marco que corto cajas, y hago otras actividades que tienen que ver con el trabajo del cartón. Nunca dejo de trabajar. Me siento muy bien en este colectivo de trabajo”, refiere Oliva García. 

A pesar de los contratiempos, estos seres humanos se sumergen en el trabajo. Conversan con sus manos, a quienes les piden no fallar nunca, pues sin ellas nada de lo logrado sería posible. Tanto es así que sus dedos no sienten el cansancio, ni siquiera por las marcas de los constantes trazos y cortes sobre el papel.

Si bien es cierto que los talleres de discapacitados devienen una de las principales fuentes de empleo para las personas con determinadas limitaciones, por otro lado, también tienen su espacio en otras esferas de la sociedad. Una verdad que corrobora Anabel Méndez Morales, presidenta de la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales (ANCI) en el norte espirituano.

“Hemos contado con el apoyo de la Dirección Municipal de Trabajo para poder incorporar a estas personas, ya sea en el taller de discapacitados o en otros centros ordinarios. Sabemos que valemos y hemos avanzado en diferentes tipos de empleo. Nos hemos incorporado completamente a la sociedad. Somos un apoyo económico para nuestras familias”, destaca Méndez Morales.

Bien lo sabe Esteria Morales Acosta, coordinadora de la Asociación Cubana de Limitados Físico-Motores (Aclifim) en el Consejo Popular de Meneses. “Es importante la incorporación de estas personas al trabajo, pues ese personal se va a sentir útil. Además, esas personas van a tener su propio ingreso y no van a ser una carga para sus familias”, confirma.     

No hay dudas que la vida les ha puesto retos. Mas, han sabido vencerlos de forma airosa. Saben que las sombras no pueden ocultar su paso por el mundo. Por eso, sortean los obstáculos, y luchan por ser felices y útiles a la sociedad.