No hubo sorpresa en los resultados de las elecciones presidenciales en El Salvador: el mandatario Nayib Bukele, del partido Nuevas Ideas, resultó reelecto en su cargo con un porcentaje que indica su popularidad en la pequeña nación centroamericana.
A pesar del lento conteo de los votos y solo la tercera parte de las mesas analizadas a altas horas de la madrugada de este lunes, la victoria era irreversible y arrolladora, con un estimado del 85% de los votos.
Con el 32% de las actas electorales comprobadas, la votación por partidos políticos era así: NUEVAS IDEAS un millón 295 888 votos, FMLN 110 244, ARENA 96 700, NUESTRO TIEMPO 35 129, FUERZA SOLIDARIA 13 381 y FPS 10 312.
Entre los candidatos presidenciales también se encontraban el exdiputado Manuel Flores, del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN); el empresario Joel Sánchez, del derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena); el médico obstetra José Renderos, de Fuerza Solidaria; el abogado Luis Parada, de Nuestro Tiempo; y la arquitecta Marina Murillo, de Fraternidad Patriótica Salvadoreña.
Bukele había liderado todas las encuestas que apuntaban a una victoria arrasadora. Según un sondeo del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop), el mandatario, de 42 años, ganaría los comicios con un 81,9 % de los votos, frente a una oposición atomizada entre cinco candidatos, ninguno de los cuales alcanzaría el 5 % de los sufragios.
Al mismo tiempo se efectuaron comicios legislativos, cuyos resultados serán dado a conocer en los próximos días, lo cual también es importante para el presidente, ya que su partido ha podido legislar ampliamente gracias a mantener la mayoría.
La postulación de Bukele desató la polémica en el país centroamericano, cuya Constitución prohíbe la reelección inmediata. La única condición para ello era no ejercer el poder seis meses antes de los comicios, lo que el dirigente hizo. Para que pudiera participar en los comicios, el Parlamento otorgó en diciembre una licencia especial por seis meses al presidente y, en su lugar, nombró a Claudia Juana Rodríguez de Guevara.
Bukele asumió la Presidencia de El Salvador en junio del 2019 y ha ganado gran popularidad por reducir al mínimo la violencia de las maras y pandillas, convirtiendo al país que antes era uno de los más violentos del mundo en uno de los más seguros de Latinoamérica.
Para lograrlo, recurrió al régimen de excepción decretado en marzo de 2022 y, desde entonces, fue extendido en 22 oportunidades. La medida, que suspende derechos constitucionales de los ciudadanos, ha sido cuestionada por organismos de los derechos humanos que denunciaron detenciones arbitrarias, violaciones al debido proceso y supuestas torturas, aunque el gobierno liberó a unos 3 000 de los casi 74 000 apresados, al comprobar su inocencia, y desmentía las acusaciones de haber violado los derechos humanos.
Hasta mayo del 2023, El Salvador había experimentado 365 días sin homicidios, un logro que, aunque celebrado por algunos, ha sido objeto de escrutinio instituciones internacionales y medios de comunicación locales.
Según consignó el diario conservador La Nación, Bukele reconoció conversaciones con el ultraderechista Javier Milei y dijo que hay contactos para la cooperación entre ambos gobiernos. Sin embargo, anticipó que “el problema de seguridad de Argentina no es tan apremiante como el de El Salvador”.
OTROS LOGROS
Nayib Bukele, un empresario de origen palestino en un país dominado aún por una clase blanca de raíces europeas, ha tenido otros logros en los que se encuentran:
La ejecución de la ampliación del Aeropuerto Internacional de El Salvador, creación de más de 123 000 empleos, disminución del impacto por lluvias y por actividad del volcán Chaparrastique e incremento de las exportaciones en 27,5%, así como la eliminación del nepotismo y operaciones de la primera planta eólica en el país y de la planta fotovoltaica con mayor capacidad en Centroamérica, entre otros.
Algunos entes reaccionarios destacan su choque con su par colombiano, Gustavo Petro, pero el propio Bukele, para sorpresa de muchos, expresó que le tiene respeto y lamentó no haber tenido intercambios personales con él.
Aunque tuvo una muy buena relación con Estados Unidos durante el gobierno de Donald Trump, con Joe Biden los vínculos han tenido nubarrones.
Si bien Bukele había sido considerado pro Estados Unidos, desde que hizo campaña anunció que quería que El Salvador fuera independiente, que no recibiera órdenes de Washington y que fuera autónomo, incluso económicamente.
Por ello, en varias oportunidades, ha marcado distancias con el país del norte: “El gobierno de Estados Unidos decide quién es el malo y quién es el bueno y también cuándo el malo se vuelve bueno y el bueno se vuelve malo”.
En este contexto, la política de origen somalí Ilhan Omar, miembro de la Cámara de Representantes de EE.UU., ha liderado a un grupo de miembros del Congreso en el envío de una carta al secretario de Estado, Anthony Blinken, en la que se pide a la administración de Biden abordar las «amenazas actuales a la democracia y los derechos humanos» en El Salvador.
La carta alerta sobre la reciente declaración del estado de emergencia por Bukele, “las detenciones y encarcelamientos ilegales, el acoso a los opositores políticos, las restricciones a la libertad de prensa y otras acciones autoritarias», reza el texto.
En este sentido, señala que esto se produce en medio de la creciente preocupación de que Bukele esté acumulando poder e instaurando un «régimen autoritario» en el país centroamericano.
«Durante su primer mandato, el presidente Bukele también ha supervisado el acoso militarizado de la legislatura, una erosión significativa de la independencia judicial y la criminalización ‘de facto’ de la sociedad civil», escribieron los diputados.
En consecuencia, han instado al Departamento de Estado a revisar su relación con El Salvador y a utilizar la influencia diplomática de Washington para «defender los valores democráticos».
«Nos sentimos honrados de recibir sus ataques pocos días antes de nuestra elección. Estaría muy preocupado si tuviéramos su apoyo. Gracias», escribió el presidente salvadoreño citando el tuit de Omar. Posteriormente, Bukele afirmó que considera que EE.UU. debería tener comicios «libres y justos».
Por su parte, Milena Mayorga, actual embajadora de El Salvador en Estados Unidos, ha solicitado a la representante que no se involucre ni interfiera en las elecciones de un país soberano.
¿IZQUIERDA O DERECHA?
Bukele, de 42 años y con dos hijos, ha variado a lo largo de su gestión presidencial; por esta razón, no se puede determinar fácilmente si es de izquierda o de derecha.
El salvadoreño al principio, por ejemplo, habló mal de China, pero ahora tiene muy buenas relaciones y agradeció su importante ayuda en el combate al COVID-19.
Si conviene hacer algo, lo hace y si no, no lo hace, por lo que muchos consideran su posición de ideología neutral o centro.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.