En el segundo que Totó, el niño que Giuseppe Tornatore nos regala en Cinema Paradiso, mira una pantalla gigante está el extracto de una fascinación única. Sucede siempre que frente a nuestros ojos emergen los mundos construidos por imágenes y sonidos. Del otro lado, una sala oscura se convierte en la mejor confidente de un encuentro intimista.
Es esa la magia del cine, industria que no pasa de moda, aunque a la velocidad de un clic y desde la comodidad del hogar se pueda disfrutar una película, prácticamente en el momento de su estreno. Pero, el acto de estar frente a la pantalla proyectada es, definitivamente, sublime.
Consciente de ello y de que, por tanto, se requieren condiciones técnicas y de confort, la dirección del Centro Provincial de Cine en Sancti Spíritus ha puesto en marcha una estrategia que para los actuales tiempos ha logrado resultados de forma más rápida que la esperada.
“Comenzamos este año con la terminación del tabloncillo y los camerinos del Conrado Benítez, de la ciudad cabecera —explica Hasley Reyes Martínez, director del Centro Provincial de Cine en Sancti Spíritus—. Luego, hicimos un diseño gráfico a su cristalería y arrendamos el espacio al Proyecto de Estación Kawaii”.
En el contexto de los festejos por la efeméride del 26 de Julio en Sancti Spíritus, se recibió la mejor de las noticias: se adquiriría un proyector de alta definición con su pantalla moderna.
“Tuvo un valor de un millón y medio de pesos y agradecemos al Sectorial de Cultura y Arte y al Gobierno de la provincia por su pago, fuera de los montos planificados para este año. Pero desde su puesta en funcionamiento hemos tenido mucha más afluencia de públicos porque la calidad de las imágenes es muy superior”.
Las estadísticas lo confirman. Solo en el mes de agosto se recaudaron alrededor de 68 000 pesos.
“Eso no había ocurrido antes. Recordemos que siempre en el verano hay más opciones culturales y recreativas. No obstante, los espirituanos fueron al Conrado Benítez”.
A las iniciativas del Proyecto de Estación Kawaii mucho se le debe gran parte de ese resultado. Lo reconoce el propio Reyes Martínez, quien es testigo cómo todos los domingos llegan hasta la instalación cientos de infantes y adolescentes.
“Además de tener una programación estable, realizan acciones diversas que visibilizan expresiones de la cultura japonesa. No solo proyectan los materiales audiovisuales, sino que los debaten y realizan otras iniciativas que por sus canales de comunicación promocionan”.
Al unísono de esas opciones dedicadas a los amantes de la cultura nipona, el Conrado Benítez mantiene la programación que diseña el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) para todo el país; una tarea prácticamente titánica entre apagones.
“Hemos debido acomodar nuestros horarios a la programación que anuncia la Empresa Eléctrica. A veces ha sido imposible porque se desconoce la duración del apagón. Por eso, ya hemos tenido conversaciones con el presidente del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, sobre la posibilidad de mover hacia su sede la proyección de filmes a fin de no romper con lo que se planifique. Hemos ganado, además, mucha más actualidad en la proyección de los estrenos cubanos gracias a la constancia del Presidente del Icaic, Alexis Triana”.
DE PUESTAS Y OTRAS HISTORIAS
Como colofón de las acciones de mejoramiento, en el cine Conrado Benítez se tienen listos compresores nuevos que permitirán climatizar la sala.
“Esperamos por la llegada del refrigerante R22, que está difícil de conseguir, pero que no desistimos para así poner a funcionar los equipos”.
Mas, no solo ha sido este el único cine que, poco a poco, se oxigena. La estrategia se ha extendido a casi toda la geografía espirituana.
“En La Sierpe se montaron por reposición 170 butacas en buen estado. Lo hicimos con nuestros propios trabajadores. El Silvino Ávila, de Fomento, durante los días del Festival de Teatro Aficionado Olga Alonso, se pintó y retocó, así como se trabajó en el falso techo de la Salda 3D que se ubica cerca de la Casa de Cultura de ese territorio y se le monta su lunetario.
“En Jatibonico tenemos un proyecto muy interesante que logra llevar pobladores de comunidades distantes a la cabecera municipal a su cine, en estrecho vínculo de trabajo con su cineclub —de referencia nacional—. Mientras, en el América Libre, de Yaguajay, figura Cine a la carta, una opción que permite proyectar la propuesta que decidan la mayoría de los públicos que llegan hasta la instalación”.
Y aunque se buscan atractivos diversos para que las salas no estén totalmente oscuras, hay una realidad que golpea a gran número de los cines de la provincia: la ausencia de una pantalla grande. En tiempos de tecnologías de punta, no es tentador salir de casa para sentarse frente a un televisor.
“Nos falta mucho en la provincia para que un día nuestros cines vuelvan a estar siempre llenos. Para ello, se necesita tecnología y sostener las programaciones sin alteraciones. Alternativas como las encontradas en el Conrado Benítez con el Proyecto de Estación Kawaii nos dice que las alianzas son los caminos, siempre que no se afecte nuestro objeto social”, concluyó el directivo.
Valdrá la pena explorar todas las rutas que se encuentren en el andar tortuoso de un contexto con muchas limitaciones económicas. Mas, lo que no se puede permitir es que en Sancti Spíritus se pierda la fascinación que sintió Alfredo, el amigo de Totó en Cinema Paradiso, cuando soltó como dardo frente a la pantalla: “El cine es un pedazo de verdad 24 veces por segundo”.
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