Luego del intento de golpe de Estado que se produjo este miércoles en Bolivia, el presidente de la nación, Luis Arce, ha concedido a RT una entrevista exclusiva este jueves en la que analiza y profundiza sobre el tema.
En diálogo con la corresponsal Camila Lozano, el mandatario comentó la posible intromisión externa si se baraja la versión de que algunos actores en el extranjero estarían implicados en la intentona golpista.
Según precisó Arce, en todo golpe de Estado en Latinoamérica, además de «intereses internos», siempre han existido «intereses externos». En el caso concreto de Bolivia, este fenómeno ha sido «prácticamente una constante», aseguró.
Todos los golpes de Estado en el país han tenido como premisa el tema económico. El más reciente de ellos, el del 2019, ha sido el tema del litio, comentó.
«Nosotros nos encontrábamos en ese momento negociando la adjudicación de un contrato a largo plazo con el litio. Por eso nosotros nunca descartamos que haya intereses internos y externos siempre detrás de los golpes de Estado», aseveró el presidente.
En una rueda de prensa presidida en este jornada, Arce informó que al menos 14 personas resultaron heridas por los militares que participaron en la operación golpista del día de ayer.
Intentona golpista
Numerosos militares bolivianos se apertrecharon este 26 de junio en la plaza Murillo, en La Paz, en las inmediaciones de las sedes del Poder Ejecutivo y Legislativo del país. El presidente boliviano, Luis Arce, denunció «movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército boliviano» las cuales, posteriormente, entrarían por la fuerza al palacio presidencial. Arce afirmó que se trataba de un intento de golpe de Estado e hizo un llamado a defender la democracia.
Detrás de las acciones estaba el general recién destituido, Juan José Zúñiga, quien afirmó que entre los militares había «molestia» por el clima político en Bolivia y amenazó con la llegada de un «nuevo gabinete». Zúñiga y Arce se reunieron en el palacio de Gobierno.
Posteriormente, Arce procedió a posesionar a un nuevo alto mando militar. Las tropas que habían llegado hasta la plaza Murillo se retiraron, una vez que los nuevos comandantes ordenaron su repliegue. Entretanto, Zúñiga fue detenido horas más tarde, acusado de encabezar la intentona golpista en contra de la Administración del presidente. Al menos 16 militares y civiles también fueron arrestados.
En medio de los acontecimientos el pueblo boliviano salió a las calles en apoyo al presidente. Manifestantes se reunieron en la plaza Murillo en rechazo al levantamiento militar y exigieron prisión y todo el peso de la ley sobre Zúñiga y los demás involucrados. Con cánticos, expresaron su respaldo a Arce, también conocido como ‘Lucho’. «Lucho no está solo, carajo. Lucho no está solo, carajo», gritaron.
Muchos bolivianos permanecieron hasta horas de la noche en los alrededores del palacio presidencial como muestra de respaldo a Arce y su Gabinete.
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