Tras recibirse por importación la materia prima conocida como pulpa, la fábrica de almohadillas sanitarias de Sancti Spíritus retomó su accionar productivo mediante el cual pretenden recuperar los atrasos en las entregas al cierre del primer trimestre del año.
Así lo declaró a Escambray José Antonio Guerra López, nuevo director de la Unidad Empresarial de Base Mathisa, quien aseguró que se ha estado laborando de manera intermitente desde febrero, cuando comenzaron con las primeras confecciones, debido al arribo escalonado de la materia prima. No obstante, aseguró que las máquinas están listas y el personal calificado también para asumir la producción que les permita ponerse al día con respecto a lo planificado.
“Nos dimos a la tarea, además, de incursionar en la obtención de varios surtidos alternativos, como son: la soga de nylon, módulos de almohadas, servilletas y toallitas húmedas, los cuales se destinan a la venta directa a la población y ya cuentan con buena demanda. Estos renglones se hacen aprovechando el material de rechazo o la recortería que se genera en la elaboración de las íntimas”, aclaró el director.
Dichas producciones alternativas garantizan la continuidad del trabajo, la estabilidad de la fuerza laboral en la planta y elimina la tendencia a declarar interruptos a los obreros que tanto necesitan devengar un salario.
“Todas estas variantes las aplicamos para seguir generando ingresos y, a su vez, dar uso a la recortería que se genera en la línea de almohadillas sanitarias —recalcó la referida fuente—. En cuanto a la capacitación del personal, se hizo de manera rápida, pues los procesos de confección de estos nuevos productos son parecidos”.
No obstante, el principal objeto social de Mathisa es la obtención de almohadillas sanitarias para cubrir la distribución de este surtido desde Matanzas hasta Camagüey, aunque su accionar sigue signado por las limitaciones de algunas materias primas importadas.
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