La han visto brocha en mano para rejuvenecer el Consultorio Médico de la Familia de la comunidad 13 de Marzo. Búsquela detrás del mostrador de la bodega o junto a los cooperativistas para proporcionar ánimos desde el surco colindante.
“Muchos me llaman delegada. Se trata de no marcar diferencias, sino de ser una misma dentro del resto de los compañeros”, dice esta mujer que acostumbra añadirle más horas al día para sentirse útil antes de pasar página a la jornada.
La naturalidad de Yolanda Serafina Hernández Cabrera la acompaña en la circunscripción 72 de Santa Lucía y en la Asamblea Municipal del Poder Popular donde representa a los suyos.
“Me siento una electora más. Solo confiaron en mí al convertirme en su delegada. Al pueblo le interesa saber qué hemos podido ejecutar, qué queda por hacer y hacia dónde transita el municipio. Me complace dar a conocer ese desempeño con la ayuda colectiva.
“El Grupo de Trabajo Comunitario Integrado lo conforman electores líderes y no porque asuman un cargo administrativo. Ellos tienen el deseo de buscar respuestas a los planteamientos para lograr que nuestro pedacito, la circunscripción, brille”.
Del pueblo surgió esta cabaiguanense. En el XVIII Período de Mandato del Parlamento cubano conducirá el intercambio de tú a tú con el barrio como testigo.
“Cada época tiene sus características y toca al delegado, en función de voluntario público, movilizar a la población, arrastrarla a hacer lo mejor por la comunidad. Muchos nos ven como meros responsables, capaces de enmendar sus problemas materiales, cuando en ocasiones no es posible por las adversidades que enfrenta el país”.
En la agenda de la también miembro de la Comisión Permanente de Trabajo Agroalimentario en el órgano local de Gobierno encontrará más de un asterisco a insatisfacciones que desbordan su diario.
“El delegado no es una sola persona. En ese radio de acción recurre a colaboradores para impulsar transformaciones, brindar asesoramiento, poner la mano en el hombro…”.
Espontánea siempre, a Yolanda, quien lideró por 11 años el Comité de la Federación de Mujeres Cubanas en Cabaiguán, la estimulan las inquietudes solucionadas y las pendientes las mantiene en la mira.
“Si ofreces una explicación precisa de cómo proceder o al menos le das la oportunidad al elector de desahogarse, respetas su derecho de sentirse escuchado. Lo importante es mantener la comunicación para que fluya ese intercambio, porque no todos tenemos el mismo nivel cultural, ni asimilamos las necesidades de modo semejante”.
Otro proceso de rendición de cuenta experimentó esta delegada en la Cuba de la década del 90 del siglo pasado; un contexto diferente, pero igual de adverso al actual, convenció a Yolanda Hernández Cabrera de permanecer al lado del pueblo.
“La celebración por el Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo, transcurrió en una noche de apagón. A pesar de los contratiempos, federadas y demás integrantes de la circunscripción compartimos como la familia que somos. Restablecido el servicio eléctrico continuamos la actividad con total alegría y nadie habló de problemas”.
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