Magalis Pardillo Iser tenía 16 años cuando puso su vida en la actividad avícola, primero en el perfil técnico, luego en las estadísticas, desempeño este último que superó las cuatro décadas y la volvió casi una experta en las cuentas; también marcó pautas de permanencia laboral, pues con 51 años de ocupación se inscribe como la trabajadora de más largo recorrido en la historia de la avicultura espirituana.
—¡Casi nada! Le comenta el reportero.
—¡Toda mi juventud, la vida entera! Responde, y una sonrisa dibuja en su rostro sana satisfacción.
No lo asegura, tampoco lo niega; arropada de modestia reconoce que nadie en la avicultura del territorio ha sacado más cuentas que ella, mérito para respetar si consideramos la importancia de la información estadística para la producción, planificación, el manejo técnico y la toma de decisiones.
Por eso el regocijo de Magalis no cabe en ningún molde de cascarón de huevo. “Fueron muchos años de trabajo, con un amor terrible, de empatía total con la actividad, me enamoré de la estadística; tuve que jubilarme el año pasado porque enfermé y era difícil seguir”, relata y en sus palabras no hay tristeza, quizá envuelven gratitud.
Se sintió tan realizada que hasta encontró belleza entre los números. “La estadística de la avicultura es lindísima, es cuantificar todo lo que es la producción, la masa avícola, la viabilidad, los piensos, sus dosificaciones; es llenar todos los modelos con las informaciones para le economía; me fascinaba mi trabajo”, lo dice, y se advierte que, aún jubilada, está hechizada por esa ocupación.
En un rápido repaso por su trayectoria, ella prefiere recordar la movilidad y constancia que le deparaba el trabajo, la disciplina de aquellos tiempos. Con rostro afable expresa regocijo por la despedida que le dieron sus compañeros en diciembre pasado, por el reciente reconocimiento, junto a otros jubilados del sector.
“Mil veces me han dado ganas de dejar la casa y volver a la avicultura, pero la salud ya no me permite montarme en un camión para ir a las unidades, porque mi trabajo no fue solo atrás de un buró, era muy dinámico; por eso es que no he vuelto, pero te aseguro que es mi deseo”, asiente Magalis con la mirada fija, tal vez pensando que algún día visita la empresa y ayuda en alguna estadística.
Muchas felicidades para Magalis, ejemplo de trabajadora ejemplar y de madre, abuela, esposa e hija, muchos éxitos en su nueva etapa de vida
MUCHAS FELICIDADES PARA MAGALIS, MUY CONSAGRADA EN SU TRABAJO, LE DESEO LO MEJOR Y MUCHA SALUD PARA ELLA Y SU FAMILIA.