El mayor general Alexéi Rtíschev, jefe adjunto de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de Rusia, denunció este martes que Estados Unidos considera África como “un reservorio natural ilimitado de agentes infecciosos y un polígono de pruebas para medicamentos experimentales”.
Según el alto mando ruso, Washington ha creado un sistema para gestionar riesgos biológicos en otros países, con pruebas previas realizadas en Ucrania y Georgia.
Rtíschev explicó que este sistema está diseñado para obtener patógenos en zonas endémicas, controlar la situación biológica y utilizarla en beneficio propio, enfocándose en áreas cercanas a las fronteras de los adversarios geopolíticos para desplegar contingentes militares.
El general detalló que el enfoque de EE.UU. en África sigue un patrón conocido, donde primero se manifiesta preocupación por brotes de enfermedades en la región y luego se ofrece asistencia para mejorar las capacidades locales de respuesta.
Sin embargo, según Rtíschev, esta intervención conlleva a la adopción de estándares estadounidenses en la formación de personal y la degradación de los sistemas sanitarios locales, lo que provoca una pérdida de soberanía en bioseguridad y una dependencia de EE.UU.
Expansión de la presencia militar-biológica de EE.UU. en África
Rtíschev señaló el rápido crecimiento de la presencia de EE.UU. en África, donde militares estadounidenses están operando en centros de investigación en Ghana, Yibuti, Kenia y Nigeria, entre otros.
Además, en Senegal se está construyendo un laboratorio con una inversión de 35 millones de dólares, en colaboración con empresas contratistas del Pentágono. El general mencionó también el programa ‘Genomas de patógenos’, que involucra a más de 20 instalaciones biológicas en 18 países y que tiene como objetivo estudiar la resistencia de los patógenos a los fármacos.
Según el informe, EE.UU. no revela los objetivos de sus experimentos y sus socios no siempre están informados de los riesgos involucrados. Además, las enfermedades de interés de EE.UU., que inicialmente se estudian en África, terminan propagándose como pandemias, beneficiando a las empresas farmacéuticas estadounidenses.
Unión con otros actores internacionales
Rusia y China están trabajando con países africanos para exponer los verdaderos objetivos de los programas biológicos-militares de EE.UU., destacando la posible restricción de sus actividades en este campo. Rtíschev advirtió que las acciones de EE.UU. refuerzan su capacidad biológico-militar, eludiendo compromisos internacionales sobre armas biológicas, y que los patógenos asociados a sus intereses terminan propagándose globalmente.
El análisis de la documentación obtenida por Rusia reveló que más de 30 personas, incluidas autoridades gubernamentales y representantes de organizaciones privadas y estatales, están involucradas en estos programas.
Rtíschev concluyó su declaración advirtiendo a los países africanos sobre los riesgos de cooperar con EE.UU., señalando que tales interacciones podrían resultar en la pérdida de soberanía nacional en materia de bioseguridad y en un empeoramiento de las situaciones epidemiológicas en la región.
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