Playa Ancón, con sus arenas blancas, sus cálidas aguas y ese escenario marino que regala motivos y espacios para el ocio, sigue siendo el puerto de espirituanos y un poquito más allá, que buscan en el litoral de Trinidad refrescar el verano.
Es como el sitio que hala a la familia toda para pasar un buen momento, en el que los niños son un elemento de distinción.
Más allá de trajes de baño multicolores, de disímiles formas, los veraneantes engalanan el entorno con una manera distintiva de disfrute, donde tranquilidad, alegría y necesidad de recrearse son postales cotidianas.
Es sin duda, Playa Ancón, un escenario que regala motivos veraniegos.
¡Menos mal que hay pocos bañistas! Cuando yo podía económicamente ir a esa playa, era una multitud.