Luego de resultar en un mismo año campeones y subcampeones del Torneo Playa Girón, los púgiles espirituanos encararon el cierre de 2024 con un reto difícil en la final de la Serie Nacional de Boxeo, que concluye este domingo en la sala polivalente Rafael Fortún, de Camagüey.
Esta vez no pudieron luchar por los primeros puestos y marcar el liderazgo que los distinguió en aquel evento al que llegaron con el pie izquierdo, como parte de las siete mejores escuadras del país
Y no solo es porque las mismas se hayan reforzado con los exponentes más sobresalientes del resto de las provincias no clasificadas, sino porque cada nómina ha llevado también a sus estrellas. Así como los espirituanos tienen el privilegio de estar encabezados por el olímpico Alejandro Claro Fiss, los cienfuegueros se prestigian con el único boxeador campeón olímpico de Paris 2024: Erislandy Álvarez, y Camagüey hace lo mismo con el bicampeón olímpico Julio César La Cruz.
Pero ese no es el mayor de los obstáculos para los yayaberos que, de hecho, iniciaron por la senda de la derrota con descalabros ante las escuadras de Camagüey (54-22), Guantánamo (46-23), Holguín (48-26) y Cienfuegos (46-26). Tal desproporción de puntos dice a las claras que los espirituanos han sido prácticamente arrollados.
¿Qué tanto cambió de aquellos eventos a este? La respuesta la ofrece desde la sede Bárbaro Fernández, jefe técnico del boxeo en la provincia. “Esta es una competencia atípica para nosotros. Lo primero es que estamos compitiendo con un equipo incompleto. Nos fallaron los refuerzos que pedimos porque no llegaron y ya eso nos puso en desventaja, sobre todo en los pesos más grandes: 80, 92 y más de 92. Incluso, ante Holguín ganamos sobre el ring, pero perdimos tres pleitos por no presentación y ahí mismo se van los puntos. Manifestamos nuestra inconformidad; los pueden sancionar, pero ya el perjuicio está.
“Lo otro con lo que no estuvimos de acuerdo es que la estrategia de participación de los integrantes de la selección nacional la decide la Comisión Nacional y no las provincias, a pesar de que este es un torneo nacional diferente al Playa Girón, donde los pleitos se deciden por sorteo. En el caso de Claro Fiss, por ejemplo, solo puede subir en cuatro pleitos previamente planificados según la estrategia”.
Informó que también se han visto afectados debido a la herida en la frente que sufrió Jorge Cuéllar —otro de los puntales de la selección espirituana al ser el número uno de los 71 kilogramos en Cuba— en su pleito inicial ante el camagüeyano Yusnier Sorsano, como consecuencia de un choque de cabezas y, aunque no es de gravedad, le impidió continuar la competencia.
“Los muchachos que han salido lo han hecho bien porque la preparación que se hizo fue muy buena, pero la desventaja es real, incluso ante elencos más débiles que nosotros. Continuaremos peleando hasta al final”.
Entre quienes han aportado triunfos por los espirituanos figuran Alejandro Claro Fiss, Frank Cleger (48 kilogramos), Darieski Palmero (60), Osvaldo Díaz (57) y Adrián Licea (71), este último con tres triunfos, que lo confirman como uno de los mejores talentos del país luego de que asombró con su plata y su oro en las versiones del Playa Girón y que a fuerza de golpes subió del anonimato a la preselección nacional.
Tras el descanso de este viernes, los espirituanos tratarían de sacar mejor provecho al enfrentamiento del sábado frente a Pinar del Río y del domingo ante Matanzas, a fin de terminar con un mejor desempeño.
En el torneo nacional de boxeo por equipos participan los dos mejores elencos de cada una de las tres zonas en la fase clasificatoria y en el caso de la central, a la que pertenece Sancti Spíritus, se incluyen tres por la sede.
Tiene como motivación esencial ser el primero evento del ciclo olímpico que concluye en Los Ángeles 2028 y, por tanto, para el boxeo cubano constituye un desafío de cómo enrumbar la estrategia en los próximos años, tras la exclusión de este deporte de la cita estadounidense.
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