Tenemos que revisar no solamente el aliviadero de la presa, sino toda la trayectoria que recorre el agua hasta Tunas de Zaza; hay que recorrer pormenorizadamente cada lugar del área de inundación aguas abajo del embalse, ir a cada sitio para poder alertar a tiempo cualquier situación, orientó la vice primera ministra de Cuba Inés María Chapman Waugh, en una visita al mayor acuatorio de Cuba.
En el contexto de una temporada ciclónica que se pronostica bien activa y con predicciones de que ocurran abundantes precipitaciones durante este propio mes, la directiva insistió en la necesidad de preparar bien las condiciones “porque hace bastante tiempo que no llueve intensamente, esta es la presa más grande de Cuba, tiene sus restricciones en cuanto al volumen que tenemos que respetar ya que tiene varias poblaciones aguas abajo y hay que avisarles a tiempo”.
Además, comentó que como hace varios años que no ocurren eventos de intensas precipitaciones en la zona aguas abajo de la presa pueden existir construcciones, personas que hayan cultivado a la orilla del río, animales y no existen condiciones como en otros momentos para dar soluciones a esas problemáticas.
“Hay que salvar la vida de las personas y los recursos materiales porque vivimos condiciones muy complejas y hace mucho tiempo que no llueve. Ojalá que llueva y que la presa almacene porque se necesita esa agua para el arroz, la agricultura, para trasvasar hacia Ciego de Ávila; este embalse tiene un gran impacto en el desarrollo socioeconómico de la región y del país”, comentó la vice primera ministra.
Acompañada por directivos del sistema de Recursos Hidráulicos del país y de la provincia, así como autoridades políticas y gubernamentales del territorio, Chapman Waugh recibió una explicación en el propio aliviadero de la Zaza sobre la revisión de todos los mecanismos hidráulicos del embalse, su seguridad para recibir importantes volúmenes de agua y la experiencia del colectivo para actuar en este tipo de contingencia.
“Pero tenemos que preparar todas las condiciones porque no siempre las personas reaccionan como deben ante un evento de ese tipo, tenemos que monitorear hasta dónde puede llegar el agua para que no se afecten las personas, para minimizar los impactos, los riesgos que puedan existir que es lo más importante”, insistió.
Además, recordó que esta es una presa que también recibe agua de Villa Clara y todo ese escurrimiento resulta importante calcularlo porque es una cuenca amplia.
“Hay que asegurar aquí la guardia operativa, estar vigilantes, explicarles con detalle a las autoridades hasta dónde puede llegar el agua para realizar la evacuación en su momento, velar por la operación del procedimiento de las compuertas, que no sea una apertura rápida, sino paulatinamente. Ustedes tienen todos los cálculos hechos, los trabajadores tienen mucha experiencia y conocimiento aquí”, reconoció.
Por su parte, Antonio Rodríguez Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, comentó que la presa actualmente se encuentra a un trece por ciento de su llenado, pero el pronóstico es que llueva: “Aquí se ha venido comprobando el funcionamiento de todos los hidromecanismos, tenemos la alimentación del sistema electroenergético nacional, pero también tenemos grupo electrógeno para en el momento que sea necesario operar las compuertas. Están aseguradas todas las condiciones para poder operar la presa”.
Sería una maravilla ver de nuevo este gran embalse lleno hasta su capacidad total,en definitiva para eso fue construido para acumular todo el escurrimiento en periodo húmedo y aprovecharlo al máximo en la entrega a sus clientes,es una lastima que año tras año no se observe una recuperación óptima.