Nuevos aires para la Casa Natal Serafín Sánchez

Una intervención general recibió la instalación construida entre 1825 y 1830

La institución recibió una restauración capital. (Fotos: Rosario S. Jacomino/Escambray).

Después de unos cuantos meses de ajetreo constructivo, el Museo Casa Natal Mayor General Serafín Sánchez Valdivia muestra una imagen distinta y renovada.

Tanto es así, que las marcas de las filtraciones severas por el deteriorado estado de los techos ya son historia. También lo son los errores ortográficos de las pancartas que conformaban su montaje museográfico.

“En un primer momento, se pensó que las labores serían sencillas —explica Daniel Gómez Acosta, viceintendente municipal—. Pero al hacer el levantamiento técnico se determinó que era necesario hacerle prácticamente una intervención capital. Las acciones realizadas con anterioridad realmente no tuvieron la calidad que creímos en un momento. Hoy podemos hablar de que el resultado es otro”.

Todo el tejado se levantó para eliminar los orificios en la madera del techo.

Sin tiempo que perder, la casona construida entre 1825 y 1830 se convirtió en un verdadero hervidero de trabajo. Las tejas se colocaron en el piso para restaurar todo el techo de madera y así eliminar los orificios por donde el agua corría hacia el interior de la institución.

“Se reparó todo el techo y para ello se levantó completamente. Se resanaron todas las salas porque las filtraciones eran la principal afectación. Y se logró erradicar un problema de antaño, denunciado y analizado en múltiples espacios: se corrigieron 18 errores ortográficos en los soportes que formaban parte del montaje museográfico. Para ello, se le encargó a una mipyme la nueva impresión.

“Era una demanda del colectivo porque resulta inadmisible que un centro formador de nuestra historia y que resguarda parte de la vida del insigne patriota espirituano Serafín Sánchez presentara esos errores”.

La complejidad de las acciones realizadas por la mipyme Producciones Orta, colectivo que trabajó sin afectar el entorno original de la casa, obligó a extender el tiempo de culminación de la obra. Mas, se entregó en un momento idóneo: el cumpleaños 510 de la villa, el aniversario 178 del natalicio del paladín de las tres guerras y las celebraciones por la designación de Sancti Spíritus como sede del acto central por el 26 de Julio. Precisamente, uno de los indicadores que catapultó a esta provincia a merecer dicha distinción es la preservación del patrimonio.

“Estamos muy contentos con el resultado final. Y estamos seguros de que los públicos que visiten la institución sabrán reconocerlo de igual manera”.

Un elemento a destacar dentro del colectivo de la Casa Natal Mayor General Serafín Sánchez Valdivia es que no se cruzó de brazos durante los días en que el polvo y los materiales constructivos tenían la palabra en la edificación de mampostería, los techos con alfardas de madera cubiertos de tejas, el piso de losa de barro y la planta con forma de L invertida. Protegió con extremo cuidado las más de 260 piezas que se atesoran allí y salió a la comunidad, escuelas y centros de trabajo y del sector de la salud para visibilizar el legado que protege. Asimismo, mantuvo una sistemática labor en las redes sociales con ese mismo objetivo.  

GUARDIÁN DEL PASADO Y PRESENTE  

Cuentan que en la vivienda que hoy se ubica en la céntrica calle Céspedes No. 112, de la ciudad del Yayabo, se escuchó el primer llanto de Serafín Sánchez Valdivia. El hermoso varón, acurrucado en los brazos de su progenitora, calmó el 2 de julio de 1846 los desvelos de Isabel María de Valdivia, quien temía que su segundo parto le arrebatara las mismas lágrimas que su primogénita Ana del Carmen, fallecida a los pocos días de nacer.

Dicha vivienda fue adquirida por la familia Sánchez Valdivia como resultado de una compraventa. Y, aunque prefirieron los aires rurales de Arroyo Blanco —donde, además de forjarse el espíritu rebelde en todos sus integrantes, hicieron suya una tradición cultural hoy única en el mundo: el punto guajiro que identifica a esa localidad—, la casa formó parte por años de sus reliquias.

Luego, pasó a manos de otros propietarios y, antes de consagrarse como objeto identitario de la ciudad, funcionó como mueblería.

Afortunadamente, las reformas realizadas desde sus inicios hasta la actualidad no han afectado significativamente su estructura original. En 1987 se acomodó la construcción como museo, el cual abrió sus puertas oficialmente el 2 de noviembre de 1990.

Desde entonces, la Casa Natal Mayor General Serafín Sánchez Valdivia constituye uno de los sitios más importantes de nuestro patrimonio, por devenir centro protector de valiosos objetos de la familia Sánchez Valdivia y de otros patriotas pertenecientes a las tres guerras por nuestra independencia, así como de una documentación trascendental para comprender la historia de la nación.

Lisandra Gómez Guerra

Texto de Lisandra Gómez Guerra
Doctora en Ciencias de la Comunicación. Reportera de Radio Sancti Spíritus y corresponsal del periódico Juventud Rebelde. Especializada en temas culturales.

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