El trinitario ama y vive orgulloso del lugar donde reside. De esa misma sabia se nutre la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios, que celebra su cumpleaños 27 con el regocijo de preservar para las futuras generaciones el patrimonio construido, la cultura y las tradiciones de la tercera villa de Cuba.
Desafiante resultó la última etapa al concluirse un grupo de obras en saludo al aniversario 510 de la urbe. Entre las más emblemáticas, Radelex Cartaya Matamoros, director de la institución, destaca la restauración de la Casa Frías y la vivienda del Sitio San Isidro de los Destiladeros, que incluyó, además, un montaje museográfico con tecnología interactiva.
“Al colectivo de trabajadores está dedicado este aniversario; es nuestra mayor fortaleza. Hay mucha entrega y sentido de pertenencia. Es fundamental para impulsar los proyectos en medio de tantas limitaciones. Gracias a su consagración los resultados son favorables, aunque no estamos satisfechos”.
El programa por los 27 años de la institución se inició con el homenaje al Padre de la Patria en el aniversario 150 de su caída en combate. En el Parque Carlos Manuel de Céspedes de esta ciudad fue depositada una ofrenda floral en tributo al prócer independentista y primer Presidente de la República en Armas.
Entre las propuestas figuran también la inauguración de la muestra Inter conservando que compartió con el público las dinámicas puertas adentro y el quehacer diario de cada una de las dependencias.
En todos estos años, la institución ha implementado un modelo de gestión integral y humanista que convierte a los habitantes de la villa en actores principales de la conservación y los beneficia.
En coherencia con esa premisa, se continuará trabajando en el proyecto de colaboración internacional, de conjunto con la Organización No Gubernamental Arquitectura sin Fronteras, para concluir la reanimación de toda la calle Independencia, que incluye la terminación del Parque de los Dos Cañones y la puesta en marcha de un plan de gestión y manejo de los desechos sólidos en esta área.
“Como línea fundamental se mantiene, asimismo, toda la labor de salvaguarda del patrimonio inmaterial y de las tradiciones más auténticas, que son expresión de la identidad trinitaria, entre ellas la artesanía y el trabajo con el barro”, concluyó Cartaya Matamoros.
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