No deben existir estadísticas de la vida de cachumbambé que archiva en sus casi tres décadas el Organopónico Gigante, en la ciudad de Sancti Spíritus. Si aparecen, poco importa; lo que cuenta ahora es el nuevo emprendimiento de recuperación productiva en busca de superar el estancamiento y encontrar el camino de la sostenibilidad, aspiración que, de concretarse, será la mejor de las cosechas.
Desde mediados de año, en la mayor infraestructura de este tipo en la provincia se gesta una estrategia de trabajo dirigida a rescatar la fuerza, romper la improductividad y el feroz enyerbamiento que ahogaba —todavía hay canteros dominados por la maleza— hasta el paisaje en uno de los organopónicos que ha devenido la cara de la agricultura de ciudad en Sancti Spíritus.
El Gigante se juega otra vez la supervivencia porque en estos surcos de cemento la columna vertebral son los hombres y ahí radica un desafío principal. La otra disyuntiva apunta a reponer los sistemas de riego, una necesidad si de producir vegetales con rentabilidad y rendimiento agrícola se trata.
Enhorabuena, el megaorganopónico de Olivos III da señales de cambio y, sin desconocer el rediseño del trabajo en varias direcciones, lo más saludable es aceptar que la transformación apenas da los primeros pasos y la obra mayor está por venir. Cabe apuntar que el tiempo está a favor porque la agenda de recuperación coincide ahora con la mejor época productiva, en tanto el Gigante vive hoy una fase de mejor acompañamiento y apoyo.
Juan Carlos Sicilia Pérez, director de la Unidad Empresarial de Base Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, perteneciente a la Empresa Agroindustrial Municipal Sancti Spíritus, explicó a Escambray que es importante recuperar este sitio por el peso que tiene en el abastecimiento de vegetales y hortalizas a centros y sectores priorizados de la cabecera provincial, destino que concentra alrededor del 80 por ciento de la producción; el resto, se comercializa directamente a la población, detalló.
“El organopónico se estancó, hoy ya se ve parte del trabajo, se logró dar una batida a la hierba, nos queda alrededor del 20 por ciento de enyerbamiento, se han incorporado algunos trabajadores; de las 14 fincas quedan tres sin dueño y aquí todos los productores están vinculados a los resultados finales. La producción actual ronda el 60 por ciento, falta un potencial por explotar y hacia ahí estamos enfocados”, señaló Sicilia Pérez.
“Los sistemas de riego están completamente deteriorados y eso afecta la producción; con una mipyme de La Habana vamos a montar próximamente un sistema de riego nuevo que beneficiará toda la infraestructura, inversión valorada en 400 000 pesos que va a sufragar la Empresa Municipal. Este es un paso clave para la transformación porque los vegetales viven del agua”, añadió.
Completar la fuerza de 19 trabajadores determinará en la recuperación, señaló Sicilia Pérez. “No todo es negativo, tenemos semilla que eso es una fortaleza; hay productores que en estos meses de calor han ganado 15 000 pesos y más, eso nos ilustra que de cara a la mejor época podemos aportar mayor producción, pero la esencia es atender a esos obreros, apoyarlos, despertar en el colectivo el sentido de pertenencia y buscar un sistema de trabajo que permita recuperar el Gigante y mantener esos resultados”, acotó el directivo.
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