La trova necesita multiplicar espacios para que todos sus cultores jóvenes, un preciado tesoro, y los más establecidos, encuentren puertas por donde se sume el público en ese flujo imprescindible para abrazarse a la nueva canción, esa que motiva, hace meditar y satisface.
Es esa razón y motivo que posibilitaron la rúbrica de un convenio de colaboración y protocolo de entendimiento entre las casas de la trova Pepe Sánchez, de Santiago de Cuba y la Miguel Companioni, de la urbe espirituana, con el trovador Eduardo Sosa y Orelvis Ventura Cañizarez Gómez, director de la Empresa Provincial Comercializadora de la Música y los Espectáculos, como firmantes.
El documento marca pautas para la promoción y difusión de la trova y el intercambio instituciones y músicos cultivadores de este género y por feliz coincidencia fue firmado precisamente en esta jornada en que se conmemora el aniversario 135 del natalicio de Ángel Rafael Gómez Mayea (Teofilito), distinguido compositor e intérprete espirituano de melodías trovadorescas.
Para Eduaro Sosa, la colaboración entre ambas instituciones es vital para establecer un flujo de cantores y su obra de un territorio a otro, rescatando y creando espacios y colmándolos con este tipo de hacer en el mundo de la música, imprescindible siempre.
«Santiago de Cuba y Sancti Spíritus son de los más importantes cultores de la trova en la nación y los festivales de ambas ciudades pueden ser un espacio ideal para los músicos de estos territorios y de los del resto del país, porque el cubano lleva el género en su ADN y eso no se puede dejar morir.
«Este es uno de los pilares vitales de la música y la cultura cubana y siempre hará bien multiplicar los espacios para disfrutar de una buena canción, en esta conspiración urgida del apoyo de muchos y con el concurso imprescindible de los resortes de la comunicación, para que el público conozca los espacios, los trovadores y fluya más a ellos», puntualizó.
Pero a los acordes de esta primer paso del pacto para destrabar la trova, también se mueve la idea de crear un circuito de encuentros, de festivales de la trova en el país, con itinerario de Oriente a Occidente, con el Pepe Sánchez como punto de partida, el Miguel Companioni como parada intermedia y uno en La Habana como destino final, aún por gestar, en homenaje a los hermanos Vicente y Santiago Feliú, comentó a Escambray Carlos Sotolongo Gómez, director artístico y de espectáculos del territorio yayabero.
«Una de las garantías de esta idea tiene el peso de que Eduardo Sosa sea abanderado de la iniciativa, con pretensiones de unir a todos los trovadores, más y menos jóvenes, para hacer más visible, para promocionar este gran compendio musical cubano, Estará abierto a todos los cultores del género, que siempre tendrá su público y que suele sumar», puntualizó.
La canción trovadoresca es una de las potentes arterias de la música cubana y destrabar los cauces por donde debe irrigar a la nación es vital, en tiempos en que la tecnología y el mercado acaparan espacios y no precisamente para el buen gusto.
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