De unos Juegos Olímpicos relucen, en primer lugar, las medallas; mucho más los títulos y hasta los récords. Pero de ellos emanan también otras notas, aunque no logren colmar los cintillos mediáticos.
Se trata de quienes hacen su máximo esfuerzo o, lo que es lo mismo, lo mejor de sus vidas en ese empeño por superarse a sí mismos para coronar el esfuerzo de una existencia, o de cuatro años, aunque en este caso es de tres, por el alargamiento del calendario de la cita de Japón 2020 al 2021 a causa de la covid.
Y en ese grupo, en el que se inscriben muchos de los más de 10 000 atletas que tienen el honor de asistir a la cita parisina, figura la espirituana Lisbet Hernández, quien de nuevo hizo una buena tirada, tanto como la segunda mejor de su vida, aunque no alcanzara para acceder a la final de la prueba del rifle a 50 metros tres posiciones del tiro deportivo.
Lisbet terminó en el lugar 28 con una tirada de 578 puntos y eso representa dos puntos por encima de lo que logró en el Campeonato Panamericano de este año y que le valió para estar en la cita de Francia, aunque su mejor tirada es de 581, realizada en la Copa del Mundo de Munich, en junio de 2024.
Según se reseña desde la sede, lo mejor lo alcanzó en la posición de tendido, en la que estampó 197 puntos para ceder después en la de rodilla, con 191, y de pie, con 190.
No le alcanzó para seguir en una prueba liderada por las favoritas Sagen Maddalena, de Estados Unidos, y la china Qiongyue Zhang, ambas con récord olímpico de 593 puntos.
Ya antes, en el rifle de aire a 10 metros, Lisbet había logrado marca personal de 624.7, que la ubica como la quinta mejor en la historia de las participaciones cubanas en esa modalidad olímpica, en una lista en la que figura su coterránea Eglys de la Cruz, única tiradora cubana en lograr subir al podio en esas lides con su bronce en Beijing 2008 en la modalidad de fusil a 50 metros tres posiciones.
Por eso para Lisbet lo más trascendente no es participar por primera vez en una Olimpiada, sino hacerlo con una buena marca.
En eso coincide su papá Julio Hernández, por varios años comisionado nacional de la disciplina: “Ha tirado bien, en el primero logró récord personal, estuvo muy estable en todas las series, la más baja fue la primera que fue de 103.2, pero estuvo muy bien en su proyección. Pudo haber sido un poquito más, como dijo el entrenador, pero así es el deporte y el peso de unos Juegos Olímpicos se siente, eso se ve en los resultados de atletas consagradas que no obtuvieron sus resultados históricos”.
En cuanto al segundo evento, considera que es “un saldo muy bueno, desgraciadamente estuvo mal en la última serie de pie que, sin dudas, hubiera sido mucho más; se enredó un poco y una serie de 93 a este nivel disminuye mucho las posibilidades de avanzar, además de que su tirada no fue la mejor en la primera de rodilla, pero en general ha hecho un buen papel”.
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