Poner orden a los precios y a la indisciplina

La Feria Agropecuaria de Trinidad ha ganado en cantidad y variedad de ofertas, pero enfrenta deficiencias organizativas que deben ser resueltas con urgencia

Ilustración: Osval

A la Feria Agropecuaria de los sábados acuden los trinitarios a realizar la compra de la semana, o lo que se puede. Para muchos se ha vuelto casi un vía crucis y no solo por los precios que, aunque topados o concertados previamente, siguen por las nubes; sino también por la desorganización que se constata en el espacio y agobia a quienes encuentran allí una oferta más diversa que en el resto de los mercados del territorio.

Pero es innegable que, desde hace algún tiempo, en el conocido “Karaoke” la presencia de productos frescos e industrializados resulta notable. Lo reconoce Jorge Valdivia Rodríguez, viceintendente de Bienes y Consumo del Gobierno Municipal, que participa en los comités de contratación y concertación de precios para poner coto a la especulación, la ilegalidad y la inflación, fenómenos que, junto a la escasez, emplazan al ciudadano común, que apenas (sobre)vive con su salario.

“De las 27 bases productivas que forman parte del Sistema de la Agricultura en el territorio, casi un 50 por ciento ya tienen participación todos los sábados. A pesar de que se nos sigue abasteciendo con otros envíos provinciales, la respuesta de los productores locales ha permitido estabilizar la comercialización de varios renglones”.

Por encima de una realidad que desfonda el bolsillo de unos cuantos, la oferta en ese espacio significa un alivio para la mesa de los trinitarios. “Está aprobada la venta de viandas, hortalizas, frutas, granos, carnes, productos procesados y conservas”, apunta Alfredo Balmaceda Fernández, administrador de la Feria Agropecuaria, a donde acuden últimamente también algunas mipymes de la ciudad y de otras localidades.

La iniciativa ha respaldado la comercialización de pollo, pastas, artículos de aseo, entre otros productos, a precios un poco menos altos; sin embargo, congestiona aún más el espacio que ya le queda chiquito al “Karaoke” de Trinidad.

En el horario pico de la feria —entre nueve y once de la mañana— no hay quien transite con tranquilidad ni seguridad por los diferentes puntos de venta. Motos, motorinas, bicitaxis y hasta carretones desandan arbitrariamente por el interior del recinto y constituyen una amenaza para la integridad física de las personas, da igual que sean mujeres o adultos mayores.

Margarita Trocones, una maestra jubilada, viene cada vez que puede. “Compro algunas viandas y hortalizas, pues mi pensión no da para más. Pero con este desorden que hay ahora tengo miedo de que me den un mal golpe. Hay que frenar esta indisciplina”, expone.

¿Cómo se permite el acceso de este tipo de vehículos a un espacio cerrado y concebido para la comercialización desde las tarimas? El asunto se les ha ido de las manos a todos los responsables de la organización de la Feria, quienes no solo deben asegurar una oferta variada, sino también velar por que no se violen ni el peso ni el precio de los productos pactados y también por su buen desenvolvimiento en general. 

Y no es que no se haga. Sería injusto no reconocer cuánto se ha logrado en lo que a seguimiento y control se refiere desde el Gobierno, el Partido y la Agricultura. A ello se suma el desempeño del cuerpo de supervisores de la Dirección Integral Municipal (DIM), todavía con debilidades por múltiples causas, entre ellas la imposibilidad de contar hasta ahora con las básculas para comprobar el pesaje de los productos y la escasa denuncia ciudadana ante las violaciones.

De acuerdo con Liety Rivero Díaz, jefa de grupo de la DIM, las personas pudieran colaborar más. “Eso contribuiría a detectar un número mayor de infracciones, sobre todo las referidas al Decreto Ley No. 30 que establece severas cuantías entre 2 500 y 5 000 pesos de multa por violaciones de tarifas y precios”. 

¿Debe la población denunciar a quienes les roban en la pesa o el bolsillo? Solo en ocasiones se hace; en otras se niega a reclamar su derecho, consciente incluso de que no lleva toda su mercancía a pesar de la cifra que desembolsó para adquirirla.

Pero el rol de los supervisores resulta fundamental como máximos responsables de notificar, prevenir, decomisar o multar a los transgresores. Y eso persiste como debilidad. “Sería mucho más efectiva nuestra labor si estuvieran también fuerzas del Ministerio del Interior. La presencia del uniforme impacta”, agrega la jefa de grupo.

Lo que no puede suceder, ni en la Feria de Trinidad ni en ningún lugar de Cuba, es que vendedores inescrupulosos alteren la pesa o la tarifa de productos de primera necesidad, muy lejos aún de la capacidad de compra de las personas de menos ingresos, especialmente los jubilados.

Se necesitan con urgencia las dos básculas de comprobación, ya compradas y en proceso de certificación, junto al accionar coherente de los supervisores, que en los primeros meses del año han impuesto, solo los sábados, alrededor de 50 multas, más de la mitad en lo que va de febrero, según datos ofrecidos por Porfirio Pérez Aróstica, director de la DIM en esta localidad sureña.

En cuanto a la desorganización y la indisciplina que se generan puertas adentro, la prohibición de la entrada de cualquier tipo de vehículo en medio de la venta resulta una medida a implementar con prontitud, así como la de mejorar con obras de asfalto el interior del recinto, intransitable cuando llueve.

La propuesta de acondicionar un parqueo en un área próxima al “Karaoke” —asegura Valdivia Rodríguez— ya fue presentada a la Asamblea Municipal del Poder Popular; y parte de los ingresos por la custodia de estos medios de transporte iría a la cuenta de festividades del Gobierno como una contribución igualmente necesaria.

Podría ser, además, la solución al desorden instalado en las últimas cuadras alrededor de la Feria, donde varios puntos móviles proponen su mercancía, casi siempre comprada o acaparada en el propio lugar antes de su apertura, para luego ser revendida.

Amén de estas deficiencias organizativas y de los precios que parecen no tener frenos, la Feria Agropecuaria en este municipio ha ganado en cantidad y variedad de ofertas. En ello coincide la mayoría de los entrevistados por Escambray. Ahora los trinitarios tienen la última palabra.

Ana Martha Panadés

Texto de Ana Martha Panadés
Reportera de Escambray. Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas sociales.

7 comentarios

  1. Mucha tela por dónde cortar, indisciplinas en grado máximo, además de las enumeradas,allí concurren trabajadores que no pertenecen al sistema de la agricultura ni están autorizados a ejercer el TPC,mejor explicado cualquiera llega y monta lo mismo en una tarima que en el medio por dónde transitan las personas y nadie de las autoridades actúa sobre esto,violandose lo establecido y acabando con los precios abusivos,Luego de publicado este trabajo se vio una ligera mejora en el acceso a la Feria ya que solo se permitía entrar a pie aunque aún dentro permanecían vehículos y otros medios,se impone poner orden para que este lugar cumpla con su función de que la población pueda adquirir semanalmente los productos que necesita con su precio y calidad,hay que tener mayor enfrentamiento ante estás indisciplinas.

  2. LA PRIMERA PARADA PARA VER PRECIOS ESCANDALOSOS, ABUSIVOS Y USUREROS, DEBERÍA SER EN LAS TIENDAS MLC, CON PRECIOS AL 300, AL 500 Y AL 700% SOBRE SU PRECIO DE ORIGEN. ESTO SI ES UN ESCÁNDALO Y SOLO PASA EN CUBA.

    LOS PERIODISTAS PASAN DE LARGO CON LAS TIENDAS ESTATALES Y ESTÁN OBSECIONADOS CON LOS VENDEDORES PRIVADOS. JUEGAN CON LA CADENA, PERO NO CON EL MONO. TRABAJO PERIODISTICO PARCIALIZADO Y CHAPUCERO 105%.

  3. Una de las formas más generalizada de robar a la población y facilitar el contrabando de lo robado es el uso de las balanzas de brazo en las bodegas, mercados, placitas, etc.
    Los dependientes, en contubernio con los administradores adulteran las balanzas, además de no colocar la pesa exactamente donde va la pesada y ahí viene la tajada. Además cuando se percatan de que el cliente no es muy ducho en la materia el robo es mayor, amén de que cuando el producto está en kg y la pesa es por libra viene la tajada adicional.
    He estado de misiones técnicas en Venezuela, Brasil y Bolivia y no ví en ninguno de esos países, ni en el timbiriche más insignificante, una balanza de brazo. Todas las balanzas son digitales y en los mercados tienen adjunta la impresora, donde le entregan al cliente el peso del producto y su precio.
    Pienso que no sea tan costosa esa inversión y sí muy útil, cuando esos países del Tercer Mundo lo hacen, por lo que en las condiciones actuales de corrupción en esa esfera de nuestro país es algo necesario, para evitar desvíos de recursos y malestar creciente en la población.
    Dos hechos que lo atestiguan son: en los mercados donde hay balanzas digitales los dependientes las rompen para volver a la de brazo, que da más búsqueda y por otro lado cada día se ven más clientes con pesas de mano para comprobar que le están robando.
    Sugiero que la dirección del país debe valorar el monto de la inversión y todos los beneficios que puede aportar, en un momento donde el estado de opinión no es bueno para todo el que se sienta revolucionario.

  4. Todos esos problemas lo tenemos planificado resolver una vez q desaparezca el bloque q es el q nos impide resolver esas indisciplina de tantos equipos transitando dentro de las ferias eso es un problema a nivel del país y tenemos q efectuar un congreso no se desesperen ya estamos en eso

  5. Mirelis Alvarez Puente.

    Es cierto que se ha crecido en ofertas con precios muy elevados para personas jubiladas, pero existen indisciplinas desde la madrugada, se saca mercancías a los puntos de ventas, que después son vendidos por cuenta propia, muy elevados, muy por encima de lo que fue vendida a él, bicicletas, bici, carros que entorpecen el paso de las personas, las pesas siempre están en contra del cliente. Pienso que debe manejarse todas las indisciplinas sociales que afectan a la población Trinitsria

  6. Hablando de caraoke alguien del gobierno o cualquiera que viva de su salario puede alquilar una mesa en el caraoke de sanct spiritus una mesa cuesta 20000 pesos unas cervezas un ron y 4 sillas para escuchar música mecánica creo que hay que ver eso se le fue la mano a alguien. Solo pasé por ahí y me fui. Gracias

  7. Es cierto todo eso que se ha comentado,lo que si es un poco complicado y debería de eliminarse ya es la entrada de vehículos de cualquier tipo incluyendo los carretones que entorpezca la circulación del personal dentro de la feria,es bastante incomodo los día de feria caminar las tarimas,los vehículos deben entrar dejar su mencancia y de inmediato salir, para eso se hicieron las tarimas y eliminar la venta de productos por detrás de la periferia a los caretones para luego revenderlas a altos precios

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