Luego de concluirse el pasado año la construcción del parapeto en la cortina y el aliviadero, la presa Siguaney está preparada para la cercana temporada lluviosa y afrontar cualquier evento hidrometeorológico sin que el nivel de aguas máximas constituya un riesgo, declaró a Escambray Dixán Rabelo Obregón, director general de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico en Sancti Spíritus.
Explicó que la inversión estuvo dirigida a garantizar una protección extra al embalse mediante la elevación de la cota en la corona de la cortina. Asimismo, precisó que la presa cubre actualmente el 85 por ciento de la capacidad de almacenamiento y hay garantías para que llegue sin contratiempos a la máxima capacidad.
La construcción de parapetos en la cortina y laterales del aliviadero de la presa Siguaney se considera por los expertos hidráulicos como una solución ingeniera más viable para darle mayor seguridad al embalse, como quiera que han cambiado varios parámetros de diseño por la acumulación de sedimentos en el vaso del embalse, de ahí el objetivo de evitar que en un nivel de aguas máximas —comportamiento probable, pero poco usual— el oleaje pueda sobrepasar la corona y provocar alguna erosión.
Construido en 1968, Siguaney es el segundo embalse —le antecede Aridanes— más antiguo en la provincia de Sancti Spíritus, abastece la fábrica de cemento cercana, la zona industrial de la ciudad espirituana y áreas cañeras; también se inscribe entre las presas de abasto a la población —aunque solo para uso doméstico—, específicamente a la comunidad de igual nombre y al poblado de Tuinucú.
En otro orden informativo, Rabelo Obregón informó que de los nueve embalses del territorio, tres tributan al abasto de la población donde se incluyen, además de Siguaney, Lebrije, que explota la capacidad al 71 por ciento y Tuinucú reporta el 90 por ciento de su llenado; esos volúmenes aseguran —dijo— el servicio de acueducto a las poblaciones servidas por esa vía, por un periodo estimado de dos años.
Asimismo, resaltó que de forma general el nivel de agua embalsada en la provincia cuando está por concluir el período seco, representa el 29 por ciento de la capacidad; un almacenamiento determinado mayormente por la presa Zaza que apenas ocupa 16 por ciento de las posibilidades de llenado.
Declaró el directivo que, a pesar de haber sido un periodo seco con un favorable comportamiento de las lluvias, las precipitaciones no fueron suficientes para generar escurrimiento hacia los embalses. De ahí que la rama hidráulica aguarda la llegada de la primavera y espera una recuperación paulatina del almacenamiento de agua en las presas de la provincia.
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