Esta semana, los gobiernos de España, Irlanda y Noruega anunciaron que se sumarán a la lista de países que reconocen al Estado palestino, decisión que se suma a la de otros 143 países que ya lo admitían dentro del concierto de naciones.
De hecho, un 81 por ciento de los países miembros de la Asamblea General de la ONU respaldó hace dos semanas que el Estado palestino integre esa instancia, de la cual desde 2012 es miembro observador.
El Estado palestino fue oficialmente declarado por la OLP (Organización para la Liberación Palestina) en 1988, y reclamó entonces su soberanía sobre los territorios palestinos reconocidos internacionalmente: Cisjordania, Jerusalén Oriental y la Franja de Gaza, aunque sin una delimitación clara de las fronteras.
La Autoridad Palestina, que gobierna y tiene sede en Cisjordania, es la representante legítima de los palestinos a nivel internacional y, por tanto, sobre quien recae el reconocimiento desde los 90.
Actualmente, 143 de los 193 miembros de Naciones Unidas reconocen a Palestina como Estado, pero en la lista no figuran Estados Unidos ni Reino Unido, ni ningún otro miembro del G7.
En América Latina, hay 19 países que han reconocido la existencia del Estado palestino: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
El único país latinoamericano que no reconoce un Estado palestino es Panamá.
Panamá también fue la única nación de la región que votó en contra de que los palestinos obtuvieran el estatus de «Estado observador no miembro» de Naciones Unidas, en una histórica votación que tuvo lugar a finales de 2012.
James Landale, corresponsal diplomático de la BBC, señala que el anuncio de Irlanda, España y Noruega incrementará la presión sobre otros gobiernos europeos -incluyendo Reino Unido, Francia y Alemania- para que también reconozcan al Estado palestino.
Advierte, no obstante, que lo ocurrido esta semana es en gran medida un gesto simbólico si no aborda también otras cuestiones vitales.
¿Cuáles deberían ser las fronteras? ¿Dónde debería ubicarse la capital? ¿Qué deberían hacer ambas partes primero para que esto ocurra?
Landale indica que son preguntas difíciles sobre las que no se ha llegado a un acuerdo y que no han podido ser respondidas satisfactoriamente durante décadas.
«Hoy, unos cuantos países más en Europa creen que debería haber un Estado palestino. Sus partidarios aplaudirán la medida, sus oponentes la condenarán», afirma Landale.
«Pero es poco probable que esto cambie la sombría realidad para los palestinos en el terreno».
(Con información de BBC Mundo)
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