Los abogados de Julian Assange lanzaron el martes el que podría ser su último desafío legal en Reino Unido para evitar que el fundador del portal WikiLeaks sea enviado a Estados Unidos para enfrentar cargos de espionaje. La extradición fue aprobada por las autoridades británicas en 2022.
Assange no compareció al Tribunal Superior de Londres este 20 de febrero por problemas de salud. Su esposa, Stella Assange, ya había advertido la semana pasada que su salud estaba “en deterioro, física y mentalmente”, información que fue confirmada por su abogado, Edward Fitzgerald, y por una de los jueces del caso que le permitió a Assange salir de la prisión de Belmarsh, donde ha estado recluido hace cinco años.
La audiencia durará dos días frente a dos jueces superiores. Si tiene éxito, su caso irá a apelación total. Si pierde, el único obstáculo que queda para su extradición reside en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), donde ya tiene una solicitud presentada y que podría detener o aplazar su extradición.
El equipo de defensa de Assange presume que si es extraditado podría ser recluido en una cárcel de alta seguridad de Estados Unidos y, si es declarado culpable, podría enfrentar una sentencia de prisión de 175 años.
Ante el riesgo de una gruesa condena, Stella Assange teme por un suicidio de su esposo y sus seguidores dicen que si es extraditado “moriría la libertad de expresión”.
Las autoridades estadounidenses quieren juzgar al editor australiano por revelar a través de su portal Wikileaks secretos militares estadounidenses sobre las guerras de Irak y Afganistán, secretos que dejaron expuestos los excesos de la primera potencia, incluso contra civiles.
“Estados Unidos está intentando condenar a Julian Assange en virtud de la Ley de Espionaje de 1917 —declaró el fundador de la campaña Free Assange, John Rees—. Si se salen con la suya, habrán logrado redefinir el periodismo como espionaje”, agregó.
Assange fue arrestado por la Policía británica en la Embajada de Ecuador en Londres, en la que permanecía escondido desde 2012 para evitar ser capturado por las autoridades de Suecia, que pedían su entrega por supuestos abusos sexuales. Dichas acusaciones luego fueron retiradas.
Sin embargo, desde el arresto en la embajada ecuatoriana comenzó la etapa legal más tortuosa de Assange. El 11 de abril de 2019, el asilo político que inicialmente le había otorgado Ecuador a Assange fue revocado y Assange fue arrestado.
En junio de 2019, el Departamento de Justicia de Estados Unidos pidió formalmente a Reino Unido que lo extraditara a su territorio para enfrentar 18 cargos de conspiración y por violar las leyes de espionaje del país norteamericano.
Assange ha permanecido, desde entonces, en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh en espera de las audiencias de extradición.
“Tenemos dos grandes días por delante. No sabemos qué esperar. Tienen que saber que no pueden salirse con la suya. Julian necesita su libertad y todos necesitamos la verdad”. Estas fueron las palabras de la esposa de Assange, congregada junto a partidarios del australiano frente al Tribunal Superior de Londres, donde Assange se juega sus últimas cartas.
BREAKING: @khrafnsson speaks after leaving court at the end of the first day of Julian's appeal hearing pic.twitter.com/A4LmioSam2
— Free Assange – #FreeAssange (@FreeAssangeNews) February 20, 2024
(Con información de agencias)
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