Ramón Reigosa es un guajirito nacido en un batey de Meneses, en el norte espirituano. Su mayor ilusión siempre fue ser deportista de alto rendimiento, pero el magisterio lo conquistó. Comenzó en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas con la tarea de integrar el Quinto Contingente Pedagógico Manuel Ascunce Domenech. Desde entonces no ha dejado de impartir clases en su único centro de trabajo: la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez. Además, asumió por 15 años la presidencia provincial de la filial de la Unión de Historiadores de Cuba en el territorio.
Este año, le fue otorgado el Premio Provincial de Historia Rafael Pérez Luna, pretexto que condujo a Escambray a desentrañar sus esencias.
¿Por qué la Historia y no otra asignatura?
En aquel momento estaba muy deprimido el claustro en todas las asignaturas, pero yo tenía predilección por la Geografía y la Historia y estaba en ese dilema. Fui concursante de Matemática hasta noveno grado, pero en décimo me llevó muy recio, y en Geografía se trabaja mucho con números. Ante esa situación me decidí por la Historia. A mi papá le hizo mucha ilusión.
Cuando llegué a la Filial Universitaria, en Cabaiguán, aparecía en todos los listados como matrícula de Inglés. Intentaron convencerme, pero no acepté el cambio.Yo tenía mi boleta en Historia.
¿Cómo llega a la universidad?
Al mes de estar en la filial me llamaron para entrar a trabajar y desde los 17 años estoy dando clases. Trabajé en las escuelas Batalla de la Sacra, Vladislav Volkov, José Regino Pedroso (Banao VI) y en el seminternado de Pojabo.
En quinto año me eligieron como alumno ayudante de Marxismo y la primera clase que di en la universidad fue de Filosofía. Me gradué en 1981. En esa época ser profesor de Marxismo, para quienes somos revolucionarios, era muy importante.
La decana me dio la tarea de quedarme trabajando en la universidad, porque no había profesores de Historia del Movimiento Obrero y la Revolución Socialista de Cuba. Daba clases en la mañana, en la tarde y en la noche; llegué a tener hasta 10 grupos. Primero impartí Historia del Movimiento Obrero y luego de Historia de la Revolución Cubana, hasta que esos programas desaparecieron. Cuando se instauró la Historia de Cuba en todas las carreras universitarias pasé a trabajar en esta materia.
¿Desde cuándo es el jefe del Departamento de Marxismo-Leninismo e Historia de la universidad espirituana?
Tuve distintos cargos, pero siempre fueron sindicales y políticos, nunca administrativos. Cuando me propusieron dirigir el departamento no lo acepté, porque consideraba que no tenía las cualidades y condiciones para estar al frente de este. En 2008, se le presentó una misión al jefe del departamento y por compromiso con él asumí la jefatura. En aquel momento se llamaba Humanidades y tenía unidos a los profesores de Español, Historia y Marxismo. Era una tarea muy compleja representar a todos mis compañeros. Un año después se retomó la carrera de Marxismo e Historia y se separaron los departamentos.
Cuando se integró la Universidad de Ciencias Pedagógicas Silverio Blanco y la Universidad José Martí, en 2014, pensé que me liberarían del cargo, pero la doctora Naima, rectora de la universidad, me pidió que la acompañara y así lo hice.
No me puedo quejar, he logrado excelentes relaciones con mis subordinados. El próximo año me llega la jubilación y me jubilaré como jefe de departamento.
¿La reserva está garantizada?
Mi reserva está muy bien preparada. Luis José está listo, es un joven con mucha experiencia en la dirección política y administrativa. Me puedo retirar confiado.
¿Qué significó ser el presidente provincial de la filial de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) en Sancti Spíritus durante 15 años?
En el 2007, asumí la dirección provincial de la Unión de Historiadores, sin tener ninguna experiencia en la organización. Me tocó sustituir a Jorge Luis Aneiros Alonso, actual presidente de la Unión en el país. Fue una tarea tremenda, porque sustituirlo era un reto extraordinario. Todas las responsabilidades de la UNHIC las realicé con placer.
En 2022 dejé la Unión de Historiadores por voluntad propia. No iba a abandonar mi labor como profesor de la universidad para ser profesional de la organización. Mi mayor satisfacción durante los 15 años que dirigí es el reconocimiento de los asociados.
¿Qué compromiso implica para usted haber recibido el Premio Provincial de Historia Rafael Pérez Luna?
Para una persona que desde el 2007 está entregando el Premio Provincial de Historia, recibirlo es un orgullo extraordinario. Desde que se dio a conocer, en las redes sociales, he recibido muestras de cariño y muchas felicitaciones. Este premio es un reconocimiento a una vida dedicada a la enseñanza, la investigación y la divulgación de la Historia.
Lamenté muchísimo no haber podido recibir el premio en el acto por el Día del Historiador en Cabaiguán. Estoy recién operado. No obstante, mis compañeros de la dirección de la UNHIC me comunicaron que en algún momento me entregarán el premio públicamente.
¿Qué utilidad tiene conocer la Historia?
Para mí, la importancia principal del conocimiento de la Historia, más que el conocimiento en sí mismo, es lo que aporta desde el punto de vista espiritual y sentimental a la identidad nacional. Debemos conocer la Historia de Cuba y admirar sus hechos más relevantes; nunca denigrarla. También nos ayuda a entender el presente.
Por ejemplo, yo procedo de Yaguajay, un municipio que tiene una historia riquísima. He investigado la historia del lugar y estoy enamorado de ella.
¿Cuáles son los principales retos que tiene la enseñanza de la Historia en la Cuba de hoy?
El primer reto es enfrentarse al desmontaje que hoy se está produciendo de la Historia de Cuba desde el exterior; tenemos que enseñarles a nuestros estudiantes la obra de la Revolución.
Otros de los retos es conocerla, sentirla, prepararse e impartirla correctamente, ser fiel a la verdad histórica con objetividad y sin apasionamiento. El profesor de Historia tiene que investigar y leer, para poder valorar. Ojalá así lo asuman las nuevas generaciones de historiadores.
Leí con mucha alegría la noticia del premio, mil felicidades para ese gran ser humano, fue mi Profesor en la carrera y años después fuimos colegas, lo considero mi amigo a pesar de la distancia que hoy nos separa, a través de mi familia, específicamente mi tío Jorge Marichal Brito conocí de su historia en el Beisbol cuando jovencito, creo que el pueblo de Meneses al que se refieren se llama o llamaba El Tranque, o Batey Colorado, uno de dos, no recuerdo bien ahora mismo. La verdad que me alegró mucho esta tarde de domingo en medio de la nostalgia especial de este día, aquí a la entrada del Estrecho de Magallanes, en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz en la Patagonia Argentina.
Merecido reconocimiento para un gran profesional y excelente ser humano. Tuve la oportunidad de compartir cátedra con él y sus enseñanzas me han servido de mucho. Personas como Reigosa son necesarias y útiles para la educación de las presentes y futuras generaciones.
Wow!!! Conozco a Reigosa desde la secundaria, que cursamos en Iguara, en el antiguo y lamentablemente desaparecido caseron de los Delgado. Alli compartimos nuestra pasion por la pelota, deporte en el cual Reigosa llego a integrar varias veces el equipo de Yaguajay a la serie provincial, cuando en el militaba medio elenco de los Gallos espirituanos. Luego, la profesion lo alejo de los diamantes beisboleros, aunque no creo que le haya quitado su pasion por el deporte. Siempre supe que seguia ligado a la ensenanza y estoy seguro que el reconocimiento recibido lo merece con creces. Hace decadas que no lo veo, pero me alegra muchisimo saber que se mantiene en la primera linea del magisterio espirituano.
Muy merecido el premio, méritos le sobran. Es un ejemplo para el resto de los asociados. Felicidades Reigosa.
Muy merecido este reconocimiento y la publicación de la trayectoria de nuestro historiador insigne. Me precio de ser una de sus estudiantes y me siento orgullosa del rigor con el que nos formó. Larga vida y mucho amor para nuestro Reigosa.
Mi profe querido es un ejemplo de Maestro(en mayúscula porque es necesario) y también de ser humano. Su humildad, la claridad ante lo bien y mal hecho, junto a su humanismo, hacen que tantos de sus estudiantes lo apreciemos enormemente. Y es que “Honrar, honra”.
Gracias Adrianita y gracias a Escambray por el detalle de dedicar un espacio, no a mi, si no a la Historia y al Premio Provincial que para los historiadores es tan importante.
Solo aclarar que, aunque es correcto que solo he tenido un centro de trabajo, antes fue el Instituto Superior Pedagógico Silverio Blanco Núñez, después Universidad de Ciencias Pedagógicas y en 2014, al integrarse las universidades del territorio pasamos a ser Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez, a la cual me siento muy orgulloso de pertenecer y de todo lo que hemos logrado unidos, pero la historia hasta aquí es esa que cuento y que sé no es propio de un artículo que tiene que tener un nivel de síntesis
Muchas Felicidades maestro.
Muy bonito trabajo. Felicitaciones para el Dr. Reigosa.