Las montañas del Escambray fomentense resguardan, además de su rica historia, una institución educativa de referencia para la provincia: el Centro Mixto Irael Rives Carpio.
En 2017 se reinauguró esta escuela, entre cuyas prioridades estuvo el seguimiento al Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, hoy convertido en ley. Poner a parir la tierra es una fortuna a la que el centro no renuncia, sobre todo con el protagonismo de manos jóvenes.
Así lo confirma a Escambray Modesto Estévez Pérez, su director, quien se refiere además a otros retos de la institución educativa.
¿Con qué capacidad productiva cuenta la escuela?
El centro cuenta con 8.25 hectáreas de tierra, de ellas 2 cultivables. En esta última etapa se han plantado boniatos, plátanos, yuca, malanga, hortalizas y vegetales, con gran aceptación por parte de los estudiantes y profesores.
¿Cuál es la estrategia de la institución para producir alimentos?
La escuela forma parte de la Estrategia Docente-Productiva diseñada por el Ministerio de Educación en aras de unificar la actividad de la docencia con la producción de alimentos, y así contribuir a la soberanía alimentaria. Iniciamos los cultivos con los propios estudiantes, guiados por los orientadores agropecuarios que se dedican al cuidado de las tierras. Tal es el caso de los boyeros, los cuidadores de animales y, por supuesto, el claustro.
Los abonos utilizados aquí son orgánicos, elaborados con las heces del carnero, la tabaquina, compost y lombricultura, todos con excelentes resultados.
En los últimos tiempos hemos crecido. No solo trabajamos la siembra de viandas, hortalizas y vegetales; también tenemos un módulo pecuario. En él criamos cerdos, aves, carneros, aunque con ciertas limitaciones de recursos, pero que no impiden nuestro desarrollo.
¿Cuál es la idea principal en este sentido?
La idea es reducir un poco en tierra y crecer la masa bovina que garantiza la proteína para el estudiante, un asunto difícil por la situación económica que atraviesa el país; si logramos este objetivo, se ahorraría al presupuesto del Estado una suma considerable de dinero por este concepto.
¿Cuánto se le ahorra al presupuesto cada año?
El año pasado se ahorraron más de 600 000 pesos por concepto de alimentación al centro. Es decir, fuimos capaces de alimentar a los muchachos con nuestras propias producciones. Cabe destacar que son alimentos inocuos, frescos y con el valor nutricional necesario, tal y como plantea la ley.
¿Hay otros cultivos?
Hay sembrada una finca de frutales con mango, guayaba, tamarindo, mamey, por mencionar algunos. Estas frutas son consumidas durante todo el año, pues creamos una minindustria rústica con el fin de elaborar pulpas.
Poseemos dos áreas sembradas de café arábigo y robusta, la cual vamos a incrementar porque son suelos que no pueden utilizarse para otras cosechas. Ello forma parte de la práctica de los estudiantes de la Enseñanza Técnica y Profesional (ETP), y los profesores cuentan con su gustado café en el horario de la mañana, cuando arriban al centro para permanecer toda la jornada.
Al ser un centro mixto, la enseñanza preuniversitaria cumple con actividades de formación laboral y aporta su granito de arena al quehacer productivo.
La escuela está llamada a constituir el centro de los procesos comunitarios, ¿cómo se insertan en la estrategia docente- productiva diseñada en el país y cuál es su impacto en El Pedrero?
Antes de contar con una Estrategia Docente-Productiva le aportábamos al Sistema de Atención a la Familia (SAF) de la comunidad, al consultorio médico extendido y a los propios habitantes de la zona condimentos, vegetales, viandas, y pulpa.
A partir de la encomienda del Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez de apoyar el desarrollo económico-social de la comunidad, aprovechamos las potencialidades de la ETP para crear nuestros propios convenios de trabajo y así favorecer la vida económica del centro.
La Estrategia Docente-Productiva se hace imprescindible porque el estudiante participa en la parte teórica y práctica, desde que inicia la cosecha de un producto determinado, hasta su recolección. Estamos encadenados con algunas entidades del territorio. Por ejemplo, la UEB Café, el SAF y la Empresa Forestal, entre otras instituciones.
Nos permite prestar servicios, todos basados en la producción. Además, los politécnicos se conviertan en actores económicos y, en el caso nuestro, somos un actor económico más de El Pedrero.
Contamos con una cuenta bancaria; un 40 por ciento va al presupuesto del Estado, y el resto para el estímulo a docentes, lo cual nos da la posibilidad de adquirir herramientas de trabajo.
¿Cómo se comporta la cobertura docente y la preparación de los educadores?
La cobertura docente no es un problema para el centro. Los profesores imparten sus clases con gran calidad y eso se revierte en los resultados de los estudiantes de duodécimo grado. En cuanto al claustro en la ETP, puedo afirmar que es muy consagrado. El personal es dispuesto, y forman parte de cada uno de los procesos.
A pesar de los resultados, ¿existe la incertidumbre de dejar de existir como centro mixto?
Sí, es de las principales preocupaciones del claustro. La matrícula de la institución cada curso sufre una reducción, sobre todo en la ETP, y si no se demanda fuerza en el municipio, podemos desaparecer. En el próximo período lectivo solo se abrirá un curso para obrero calificado en agropecuaria, y se reduce también la enseñanza preuniversitaria. Y es una pena. La escuela cuenta con muy buenas condiciones constructivas, un trabajo serio con la soberanía alimentaria, y profesionales muy bien preparados.
La voluntad del Consejo de Dirección y los trabajadores es continuar cumpliendo con el objeto social para el que fuimos creados; apoyar a las instituciones del municipio y un trabajo en red con las escuelas primarias y secundarias, en cuanto a la formación vocacional, figuran entre los principales retos para el nuevo curso escolar.
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