El esquema para asesinar a Luiz Inácio Lula da Silva, revelado por la Policía Federal (PF) en noviembre, obligó a organizar un fuerte esquema de seguridad alrededor del presidente brasileño, quien aún este jueves permanece hospitalizado.
Según la estación televisiva CNN Brasil, la PF informó que uno de los planes era aprovechar frecuentes visitas de Lula a hospitales para matarlo por envenenamiento o uso de productos químicos que causarían colapso orgánico.
Desde el lunes, el gobernante está ingresado en el hospital Sirio-Libanés, en el estado de Sao Paulo.
La preocupación tiene relación con el propósito de crimen elaborado por miembros del grupo militar Kids pretos (Niños negros), comando élite de operaciones especiales que recibe entrenamiento calificado en acciones de sabotaje e incitación a la insurgencia popular.
De acuerdo con la policía, los sospechosos estaban pensando en aprovechar una de las visitas del jefe del Ejecutivo al centro médico para envenenarlo.
El informe de investigación revela que una de las hipótesis era el uso de químicos para causar un colapso orgánico considerando la vulnerabilidad de salud y frecuente visita a hospitales por parte del exsindicalista.
CNN refiere que el cuarto ocupado desde el 9 de diciembre por Lula, en el que se encuentra la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) humanizada habría sido elegido por ser capaz de garantizar espacio, acceso y protección para el staff y facilitar el trabajo de la seguridad de la Presidencia.
Incluso, después de recibir el alta de la UCI, el presidente debe permanecer internado en la misma habitación, según explicó uno de los profesionales responsables del ingreso.
La emisora televisiva asegura que el hecho de la hospitalización y los procedimientos en el Sirio-Libanés fue un alivio para el equipo de seguridad.
Una última evaluación clínica del centro sanitario aseguró este jueves que Lula está neurológicamente perfecto y evoluciona bien tras un procedimiento médico complementario.
Fue sometido a una embolización de la arteria meníngea media, con la finalidad de bloquear el flujo sanguíneo en el cerebro y evitar futuras hemorragias.
En la madrugada del martes, enfrentó una trepanación para drenar un flujo intracraneal.
Tal operación resultó consecuencia de un accidente doméstico sufrido el 19 de octubre, cuando cayó en un baño del Palacio de la Alvorada, residencia oficial en Brasilia, y se golpeó la cabeza.
En la ocasión llevó cinco puntos y realizó exámenes de imagen, que fueron repetidos.
Hace poco más de un año, en septiembre de 2023, Lula se hizo una artroplastia total de la cadera derecha, una cirugía para reemplazar, con una prótesis, el cartílago desgastado en esa región del cuerpo.
Cuando el procedimiento se completó después de un calendario, pasó por exámenes de revisión.
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