Este domingo 10 de marzo los cubanos deberán adelantar una hora los relojes para dar paso al horario de verano, según destaca una nota de la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (Onure).
Con el fin del horario normal, Cuba se suma a una práctica internacional diseñada para optimizar el uso de la luz solar propia de la temporada estival.
Con esta medida se busca, además, hacer un uso más racional de la luz natural, permitiendo por tanto una reducción significativa del consumo de electricidad en los hogares cubanos.
Desplazando una hora el momento de encendido de las luces se intenta disminuir la coincidencia de la demanda de electricidad para la cocción de los alimentos y el encendido de las luces, lo que podría contribuir a que la demanda y la generación no fueran tan dispares.
La nota de la Onure agrega que la implementación del horario de verano es una oportunidad para reevaluar nuestros hábitos de consumo y adaptarlos de manera que contribuyan al ahorro energético, lo que ayudaría al mejoramiento de la economía cubana y la calidad de vida de los de la isla.
Debería aplicarse el cambio al horario de verano desde el último domingo de marzo al último domingo de Octubre pues ahora todavía para que sea más efectivo