Decenas de miles de iraníes rindieron homenaje este martes al difunto presidente Ebrahim Raisi, cuya muerte en un accidente de helicóptero abrió un período político que culminará con elecciones en junio para designar a su sucesor.
Sus exequias comenzaron por la mañana en Tabriz, una importante ciudad del noroeste de Irán, cerca de la cual Raisi falleció el domingo en un accidente de helicóptero, junto a otras siete personas.
Los ocho féretros, cubiertos con la bandera iraní, fueron trasladados posteriormente a un aeropuerto de Teherán, la capital, para ser llevados a la ciudad santa de Qoms, donde está prevista otra ceremonia por la tarde.
El miércoles se le rendirán honores en la capital y el jueves en su ciudad natal, Mashhad (noreste), donde será enterrado por la noche.
Una gran multitud, vestida principalmente de negro, ocupó la plaza principal de Tabriz, ondeando banderas y retratos de Raisi, fallecido a los 63 años, y de las otras siete víctimas.
«Nosotros, los miembros del gobierno, que tuvimos el honor de servir a este querido presidente, a este trabajador presidente, nos comprometemos ante nuestro querido pueblo y nuestro líder a seguir el camino de estos mártires», declaró el ministro del Interior, Ahmad Vahidi.
Numerosos retratos del presidente «mártir» se colgaron en lugares públicos de las principales ciudades del país y las autoridades decretaron cinco días de luto nacional.
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