Justo en el centro de Cuba se esconde una piedra preciosa en forma de ciudad: la villa del Espíritu Santo. Y quienes la descubren la disfrutan a semejanza del vino, mientras más añeja, se torna más mítica e intrigante.
Precisamente, este año celebra su cumpleaños 510, un motivo de júbilo y celebración para la nación, en especial para todos los que somos orgullosamente espirituanos.
Sancti Spíritus es la cuarta villa de Cuba, fundada por los colonizadores españoles, de allí su enorme valor patrimonial y un prestigio cultural del que presumen solo algunas ciudades del archipiélago. Junto a su hermana Trinidad hacen de nuestra provincia la única del país en poseer dos de los primeros asentamientos de esta tierra, dormida sobre el mar Caribe.
Aún se conservan muchas calles empedradas, por donde algún día transitaron carruajes tirados por caballos y pasearon incontables personalidades. Sus casas de estilo colonial son una huella incesante del tiempo, un inmenso museo al aire libre que todos podemos disfrutar. Las casonas de amplias puertas y ventanas, con techos a dos aguas, patios centrales y espaciosos salones, reflejan la arquitectura cubana de la Colonia, en su mayoría, con un increíble estado de conservación para que todos podamos disfrutar y admirarlas.
Pero no podemos hablar de Sancti Spíritus sin hacer una mención especial al río que ha sido testigo de estos 510 años. De sus aguas muchos dicen que, quien las pruebe, se enamora de esta ciudad para siempre; sobre él se yergue el majestuoso puente que ha estado envuelto en misterios y leyendas, y que todavía sigue siendo un importante paso peatonal en el día a día de los espirituanos, además de un lugar de visita obligada para los que llegan a esta tierra. De hecho, el Yayabo da nombre al gentilicio yayabero, el mismo que identifica, más allá del lugar del mundo en que nos encontremos.
La Iglesia Parroquial Mayor, conocida por todos, resulta otro punto de parada imprescindible para los visitantes. Se trata de una edificación imponente, por la que no parecen pasar los años. Todavía se escuchan resonar sus campanas y el reloj de la torre continúa marcando la hora a sus ciudadanos, como ya lo hizo con los habitantes de la villa en siglos pasados. El intenso azul que baña sus muros es tan brillante como en años anteriores y en los altos de su puerta principal resplandece una imagen del Espíritu Santo.
Esta iglesia, debido a su longevidad, ha sido testigo de disímiles acontecimientos, muchos de los cuales, incluso, se han transformado en mitos y leyendas populares, contados de generación en generación y motivos de orgullo para los espirituanos.
El reconocido Teatro Principal es otra de las joyas espirituanas, una bella construcción que se levanta entre calles empedradas, muy cerca del igual memorable Museo de las 100 puertas, el puente y la Iglesia Mayor. Hasta su escenario han llegado incontables personalidades de la cultura cubana.
El parque Serafín Sánchez Valdivia, ubicado en pleno corazón espirituano y rodeado de imponentes e históricos edificios como la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena, el hotel Plaza, la tienda El Perla, el Museo Provincial de Historia y el de Ciencias Naturales, es uno de los espacios más transitados de la urbe. En este mismo sitio, hace ya 10 años, se encontraron restos antiguos de la villa, lo que suscitó especial curiosidad por parte de los pobladores y estudiosos. Algunos de ellos quedaron expuestos, para poder ser apreciados por todos.
Justo cerca de ese espacio público, en el bulevar, es común ver entre los transeúntes hombres detenidos en el tiempo. El reconocido pintor espirituano Fernández Morera, el popular Francisquito y el comparsero Serapio se honran en forma de estatuas en tan importante arteria espirituana. De esa forma, no los dejamos caer en las redes del olvido, pues si algo en común tienen los tres, es el amor incondicional por Sancti Spíritus.
Precisamente, si hablamos de la ciudad del Yayabo hay que mencionar a todos aquellos hombres y mujeres trascendentales para su historia. El Mayor General Serafín Sánchez Valdivia es, sin dudas, el más grandioso de ellos. El General de las Tres Guerras destacó siempre por su patriotismo, su valentía y honor, lo que le valió altas distinciones; por ello, hoy su casa natal se ha convertido en museo y lugar de referencia. Su madre, Isabel María de Valdivia, también forma parte de la lista de las hijas ilustres y un ejemplo del valor de la mujer espirituana.
No puede dejar de mencionarse a otros patriotas como Honorato del Castillo, Bernardo Arias; artistas como Fernández Morera, además de otras mujeres insignes como Mariquita Camejo y Altagracia Cepeda, entregadas a la causa independentista; María Aurelia Jiménez, quien fue probablemente la primera mujer política, y la primera arquitecta María Luisa Pérez López, entre otros que han sido motivo de orgullo para la tierra del Espíritu Santo.
Pero tampoco se puede olvidar que en la actualidad son muchos los hombres y mujeres que ponen todo su empeño para hacer crecer la ciudad, que arriba a su cumpleaños 510 tan encantadora como antes; con muchos proyectos de cara al futuro para preservar sus tesoros y construir otros nuevos a fin de garantizar el bienestar de sus moradores. A la vez tan colonial y contemporánea, tan vieja y tan nueva, tan legendaria y actual que sigue enamorando a todos en cada aniversario.
*Estudiante de Periodismo.
Me ha gustado mucho tu crónica, Gabriela, porque realmente transmite de manera amena y sentida información relevante sobre la villa. Gracias! La compartiré para que quienes no conocen a Sancti Spíritus puedan hacerse una idea de cómo es y cuáles son los aires aquí a solo días del aniversario 510.
Yo viví todo aquel ajetreo de los hallazgos una década atrás, fue muy interesante! Es cierto: ahora luce hermosa!
Hermosa reseña salida de manos de una joven genuina espirituana, hoy estoy lejos y la disfruto, como ha sucedido desde sus primeros escritos, cuando pequeña, auguro un buen futuro para esta periodista, defensora de sus ancestros culturales y familiares. Besos Gaby
Mucho ajetreo en retoque y pintura del centro histórico de la ciudad. Debemos engalanar a la cuarta villa para celebrar su aniversario 510 en medio de la tan compleja situación energética y económica que atraviesa el país. La recogida de la basura se impone porque afea y empaña tamaño esfuerzo.