Sí, Sancti Spíritus es una provincia armada a retazos, como escribió una colega. Pero cada uno de esos fragmentos fue encontrando su lugar en este pedazo de Cuba que, sin ser el paraíso, enamora e inspira.
En los más de 6 779 kilómetros cuadrados que conforman su geografía abundan hermosos parajes naturales al norte, las playas de arena blanca en la costa sur, montañas y llanos de este a oeste, dos villas coloniales y pueblos encantadores y la presa Zaza, que es el mayor embalse del país; mas, su principal tesoro es su gente alegre y laboriosa, que no tira la toalla a pesar de las adversidades.
Porque han sido una y mil las batallas libradas por los espirituanos desde la independencia hasta hoy. Fue el General Serafín Sánchez Valdivia quien nos enseñó a no detener la marcha; una marcha por momentos agobiante, con tropiezos que solo se pueden vencer con inteligencia, dedicación y amor propio. Y esa mezcla divina no hay enemigo que pueda neutralizarla.
Sancti Spíritus no es el paraíso, insisto. No son pocos los caminos por enderezar rumbo al ideal que como provincia se trazó en 1976 a raíz de la División Político-Administrativa. De entonces acá se han impulsado proyectos para el desarrollo de planes arroceros, la actividad cañera, la producción agropecuaria, el turismo, la salud, el deporte, la educación, la cultura… Cada uno de los ocho municipios tiene luz propia.
¿Insatisfacciones y deficiencias? Las tenemos y nos quitan el sueño. Duelen los precios imparables, la poca oferta de alimentos, la falta de insumos de todo tipo, los problemas con el agua, los apagones y la indolencia de algunos. Reconforta el esfuerzo de muchos que dejan la piel en el surco para cumplir sus planes de siembra o en el tándem de un central en una zafra que se ha hecho a pulmón.
Emociona conocer a maestros como Ramón o Margarita en un aula de cualquier escuela de la ciudad o el lomerío, a profesionales de la salud arropados con la ética y la sensibilidad, a científicos consagrados, a deportistas que llevan en el pecho la medalla de la dignidad, a artistas y a campesinos… Todo ellos son el rostro más auténtico de Sancti Spíritus.
En un escenario tan complicado para toda la nación, no nos debe faltar el tino para corregir el rumbo; habrá que hacerlo con la valentía que heredamos de nuestros mambises, con la capacidad de resistencia forjada en tantos años de Revolución y con una certeza: a pesar de las carencias y el cínico apretón de tuerca del gobierno de Estados Unidos que nos obliga a hacer maravillas para sobrevivir, Sancti Spíritus no se detiene y sigue la marcha.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.