Paula Beatriz Alfonso Rodríguez, vecina del Consejo Popular de Jesús María, en la ciudad de Sancti Spíritus, acude cada sábado al punto para vender productos desechables que durante la semana ha recolectado. Ella, al igual que otros de sus coterráneos, siempre espera por la visita de los representantes de la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Materias Primas para realizar el canje y recibir a cambio el equivalente monetario.
En el mismo corazón del barrio de Agramonte, justo en el parquecito que lo identifica, se puede apreciar el ajetreo de las personas que acuden al sitio con sacos repletos de botellas, laticas vacías de cerveza o refrescos, envases de plástico, vidrio, cartón y muchos otros productos que integran la lista de los solicitados por dicha entidad.
Se trata de una nueva modalidad de compra que fue implementada desde el 2023 en Villa Clara bajo el nombre de Reciclo mi barrio y que en octubre del propio año se trasladó a Sancti Spíritus con la intención de acercar esta importante tarea a la población, iniciativa que poco a poco ha prendido en las cuadras, a tal punto que ya se extendió a todos los municipios, precisamente por el impacto positivo entre los lugareños.
LA VALÍA DE LA RECUPERACIÓN
Al decir de Noel Álvarez Delgado, director de la UEB Recuperación de Materias Primas de Sancti Spíritus, desde que se puso en práctica esta nueva modalidad de compra hasta la fecha crece cada día la motivación de los residentes en las cuatro circunscripciones, donde cada sábado se desarrolla esta tarea: en el parque de Jesús María, en el Reparto 26 de Julio, en la zona del Coppelia y en la del parque de Agramonte.
“El programa incluye, además, la posibilidad de realizar solicitudes de nuestros medios de transporte para la recogida en los propios domicilios —aclara el director—, un servicio que se realiza de forma gratuita, porque los puntos móviles para la búsqueda de materias primas forman parte de otra de las líneas de trabajo, mediante la cual se pueden visitar las comunidades más distantes y en los propios medios viajan los compañeros de las tiendas que realizan tanto la compra como el pago. Esto es algo que se planifica en el mes en coordinación con los demás factores en la comunidad y se aseguran hasta dos recorridos”.
ParaYania Ruiz Medina, compradora de la tienda de Materias Primas de Colón, que estaba vinculada al parque de Agramonte, se trata de una experiencia muy positiva: “Al principio vinieron unos pocos —dice—, pero ya la tarea prendió en los barrios y las personas vienen con sus materias primas, ya sea en bicicletas, en carretillas o en cualquier otro medio; incluso las que residen más distantes se acercan a los puntos donde colocamos el camión”.
Según el propio Noel, los productos que se adquieren por parte de la población varían, aunque existen 12 que son los más recurrentes, entre ellos el aluminio, que tiene un precio de 65 pesos el kilogramo; el bronce a 115 pesos, el cobre a 360 pesos, las laticas de refresco o cerveza que se pagan a 50 pesos y el plomo de las baterías a 3 pesos; pero están también el papel y cartón, la chatarra electrónica y otros.
“El pago se hace en efectivo y al momento —comenta el director—, pero le damos la posibilidad al cliente de que se realice vía online si así lo desea, y tiene implícito beneficios; por ejemplo, la chatarra de cobre, cuando la pagamos en efectivo es a 260 pesos el kilogramo, pero si es de forma online lo hacemos a 291.20 pesos el kilogramo. Solo por el programa Reciclo mi barrio, esta UEB paga mensualmente un promedio de 800 000 pesos, lo que da la medida de cuánto prendió en la población”.
EL APORTE A LA ECONOMÍA
Para nadie es un secreto que en cualquier país del mundo la recogida de materias primas constituye una importante fuente de ingresos y, a su vez, permite recuperar productos que, luego de ser reciclados, se incorporan a la producción de diversos renglones con impacto en la sociedad o para la sustitución de importaciones.
Osmany Guevara Portales, director de Desarrollo de la Empresa Provincial de Materias Primas en Sancti Spíritus, explicó que el programa Reciclo mi barrio ha ganado en aceptación, a tal punto que de octubre a diciembre del año anterior se recuperaron 23 toneladas de materias primas, comenzando con una circunscripción por cada territorio, excepto en la ciudad cabecera, que inició con cuatro.
En tanto, que en lo que va del 2024 ya se han recuperado más de 400 toneladas, con destaque para Trinidad y la capital espirituana, lo que indica que este proyecto, desde el punto de vista social, constituye una alternativa de ingresos para las familias.
“La chatarra que se recicla es enviada a las acerías del país —aclara Osmany— para convertirla en acero y priorizar el programa de construcción de viviendas y, aunque el mayor aporte lo tiene el sector estatal, todo cuanto desde los barrios se pueda recolectar resulta también muy significativo para la economía familiar y para el país en general”.
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