Si la Agricultura Urbana en Sancti Spiritus pudo encauzar la continuidad productiva en varios surtidos de vegetales de hojas y contribuir al interés nacional de sustituir importaciones, se debe, por mucho, al trabajo desplegado en función de la obtención de las simientes a escala de la red de fincas especializadas en cada municipio y por los propios productores.
Garantizar las semillas de seis cultivos rústicos compatibles con nuestro clima, más que el reto de todos los días, se ha convertido en una retaguardia segura para esa plataforma productiva que, entre aciertos, tropiezos y precios elevados por los costos, ha logrado sostenerse en el tiempo sin dejar de aportar alimentos frescos a la mesa familiar.
Onelquis Gutiérrez Nodarse, jefa del Programa de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar en Sancti Spíritus, dijo a Escambray que desde hace alrededor de tres años la entrada de semillas importadas a Cuba se ha contraído hasta niveles mínimos, de ahí que la alternativa fue reproducirlas.
“La prioridad —dijo— se concentra en seis cultivos rústicos: lechuga, acelga, col china, rábano, quimbombó y la habichuela; las producciones que logramos en diferentes momentos obedecen a que hemos sido capaces de sostener la semilla, aunque para autoabastecernos totalmente nos falta un poco; se trata de destinar espacios específicos a ese fin y se guardan de un año para otro porque económicamente le es más factible a los productores”, expuso.
“La semilla lleva un proceso, saltar la etapa reproductiva de la planta, que es en el argot científico la que se come, para después pasar por la floración, fructificación y coger la semilla en dependencia de la variedad. Es un ciclo más largo y trabajoso, también lleva un tratamiento, implica una tecnología y el conocimiento que va adquiriéndose con la práctica”, explicó.
“Nunca nos hemos visto en cero con esos cultivos rústicos, nos salva producir la semilla; el productor que no sea capaz de obtener, al menos estos cultivos, se le imposibilita bastante la siembra, la cosecha. De zanahoria contamos con pequeñas reservas para plantar en la etapa óptima, en el caso de la remolacha, las últimas cosechas han sido con las simientes que tenían guardada los productores de años anteriores”, subrayó Gutiérrez Nodarse.
Hasta no hace mucho, la totalidad de esas semillas se importaban por el Ministerio de la Agricultura, hoy salen de la red de fincas municipales de semillas y de los propios organopónicos; aunque siempre habrá que refrescar ese material genético a través de la importación. Lo cierto es que en los últimos años la Agricultura Urbana en Sancti Spíritus ha montado la producción de esos seis renglones sobre el ciclo reproductivo de las simientes.
Además de encaminar este importante sostén productivo, Gutiérrez Nodarse anunció que Sancti Spíritus incrementa en el contexto del 26 de Julio 16 nuevos organopónicos, unos populares y otros vinculados a autoconsumos atendidos por empresas, a razón de dos por municipios. “Están todos sembrados —acotó— y se sigue trabajando en ellos, en total llegaríamos a 195 organopónicos en el territorio, bajo el reto de explotar mejor los que ya existen; pero la semilla es una prioridad, porque puedes tener el suelo, el agua; pero si no tienes simiente, ¿qué vas a sembrar? ¿qué vas a comer?”.
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