El programa nacional para el diagnóstico y tratamiento de las afecciones hematológicas en Cuba sufre de manera brutal los embates del injusto bloqueo estadounidense, el cual impide el acceso a novedosos protocolos terapéuticos para el abordaje de estas enfermedades malignas.
Así lo reconoció la doctora Olga Margarita Agramonte Llanes, presidenta de la Sociedad Cubana de Hematología, durante las sesiones de Hematocentro 2024, un encuentro que sesiona en la ciudad de Trinidad bajo la premisa de establecer consensos e intercambios académicos con el propósito de ofrecer una atención de calidad a los pacientes.
Es este —considera la experta— un evento importante en el centro del país, que se desarrolla con el apoyo de las más prestigiosas instituciones científicas cubanas y la participación de colegas de varias provincias, quienes exponen los resultados más relevantes a partir de las modificaciones a los protocolos de tratamiento, en extremo costosos.
Como fortaleza, reconoce precisamente la existencia del programa nacional que se implementa a través de los servicios de hematología de las instituciones asistenciales en todo el país y cuenta con toda la prioridad del Ministerio de Salud Pública y las sociedades científicas.
“La mayoría de las afecciones son malignas, desde la edad pediátrica hasta las etapas más avanzadas de la vida y con un alto costo para los pacientes y sus familiares, por lo que el soporte emocional es muy importante, así como el acompañamiento médico; las dificultades no se pueden negar, pero es notable el esfuerzo por poner a disposición recursos muy costosos para la recuperación de los enfermos”.
El programa científico incluye, además, el Tercer Simposio Nacional de Mieloma Múltiple, una enfermedad maligna con el mayor número de casos diagnosticados anteriormente en la vejez, pero debido a diversos factores, su incidencia ha crecido a partir de la tercera década de vida, lo cual supone un serio desafío para médicos e investigadores.
Durante dos fructíferas jornadas, Hematocentro 2024 reúne a profesionales del Instituto de Hematología e Inmunología de los hospitales Hermanos Ameijeiras y Militar Central Luis Díaz Soto y de la Clínica Cira García, investigadores del Centro de Biofísica Médica de Santiago de Cuba y una representación de los hospitales de Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus.
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