La suerte de los Gallos sigue echada. Con el inicio este martes de la subserie de cinco juegos ante Granma, en calidad de visitantes, su opción seguirá siendo ganar y ganar, justo cuando la campaña está por entrar en su primer tercio.
Si bien las cuatro victorias sucesivas ante Guantánamo les ayudaron a cortar una racha de derrotas que llegó a nueve, aún se mantienen en posiciones sotaneras y su balance de triunfos y descalabros (9-13) continúa siendo desfavorable.
Con ese saldo comparten los puestos del 11 al 14 con Villa Clara, Holguín y Mayabeque y están separados a siete juegos de la cima que comparten Ciego de Ávila y Pinar del Río.
Su alivio es que, en relación con la zona de clasificación que cierran los primeros ocho, la desventaja es de solo dos partidos, una diferencia borrable para lo que queda de calendario.
Mas, para borrarla los espirituanos tienen que luchar por salir airosos en la mayoría de las subseries que les restan, algo no imposible, pero sí bien difícil.
En ese empeño están urgidos de mejorar en todos sus indicadores de juego, pero sobre todo en la defensa, que sigue siendo el rostro más oscuro del equipo.
Pese a sus triunfos ante Guantánamo, la defensa siguió de capa caída al sumar otros nueve errores, cuatro de ellos en el último partido, para totalizar 42 (casi a dos por partido). Con un anémico 948, más propio de la pelota de manigua, los Gallos son los peores del torneo y así es muy difícil estabilizar el juego, no solo por las pifias en sí mismas sino por lo que desarticula en un partido y por la incidencia negativa en la eficiencia del pitcheo.
Y aunque los entrenadores les achacan el asunto a problemas de concentración, de incorrecta anticipación a las jugadas; lo cierto es que, si no aplican otros remedios, se le puede ir por ahí la clasificación con la que sueñan.
El pitcheo, que excepto en el último partido lució mejor ante Guantánamo, compila para una efectividad de 5.24 PCL y aparece en la media de un evento (séptimo) en el que los bates siguen calientes, como lo muestra el promedio general de 5.53 PCL.
En la subserie anterior, alentaron las buenas salidas de Alex Guerra, José Isaías Grandales y, sobre todo, de Yohanny Hernández, quien fue movido de relevista a abridor y lo hizo muy bien.
El bateo lució mejor, aunque al sotanero Guantánamo solo le pudieron anotar 23 carreras, menos de cinco por juego, en tanto el promedio de hombres quedados en base rondó los 10 por encuentro.
El promedio de 295 (décimo), por debajo de la media que es de 299, está acorde a las potencialidades ofensivas del conjunto que, más que batear, necesita ser más eficiente con corredores en circulación.
Tienen ante Granma un rival difícil, que en esta campaña parece decidido a retomar la senda que lo llevó a ser tetracampeón nacional, luego de que en la anterior contienda no pudo ni clasificarse. Ahora aparece en el cuarto lugar, separado a tres juegos de los líderes.
Pero a los Gallos no les queda otra opción que retomar la senda del triunfo.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.