Una declaración del Gobierno cubano, que exige el fin de su designación como patrocinador del terrorismo, fue publicada este miércoles como documento oficial de Naciones Unidas con un llamado a terminar con esa medida hostil de Estados Unidos.
El texto, titulado Estados Unidos debe sacar a Cuba, de una vez, de la lista de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo, califica como injusta la inclusión de la mayor de las Antillas en ese listado integrado además por Corea del Norte, Irán y Siria.
El documento enviado por el representante permanente de la isla ante Naciones Unidas, Ernesto Soberón, fue circulado dentro de la Asamblea General y el Consejo de Seguridad para reclamar el fin de la designación del Departamento de Estado norteamericano.
“Se trata de una lista absolutamente unilateral e infundada, cuyo único fin es calumniar y servir de pretexto para la adopción de medidas económicas coercitivas contra Estados soberanos, como las que despiadadamente se aplican contra Cuba”, advierte el comunicado firmado por la cancillería de la mayor de las Antillas.
A finales de mayo, la administración de Joe Biden retiró al país caribeño de la lista de países que no colaboran plenamente en los esfuerzos antiterroristas.
La medida fue divulgada por la prensa norteamericano tras la decisión del Departamento de Estado de eliminar a Cuba de entre los países que, según Estados Unidos, “no cooperan plenamente” en la lucha contra el terrorismo.
Sin embargo, el Gobierno cubano consideró insuficiente la disposición, que no equivale a la eliminación de la lista de países patrocinadores del terrorismo, la cual implica serias limitaciones para el intercambio económico y comercial del país caribeño.
“La clara y absoluta verdad es que Cuba no patrocina el terrorismo, sino que ha sido víctima de este, incluido el terrorismo de Estado”, asegura el comunicado divulgado este miércoles por la ONU.
La publicación reconoce que la salida de Cuba de ese listado es un reclamo alto y reiterado tanto por el pueblo cubano como de numerosos gobiernos, en especial de América Latina y el Caribe, así como organizaciones políticas, sociales y religiosas dentro de los propios Estados Unidos y de varios políticos de ese país.
Además, remarca los daños económicos provocados por estas medidas y el efecto intimidatorio que se desata contra todo Estado que aparezca mencionado en esa lista, “con independencia de cuál sea la verdad”.
“No basta con reconocer que Cuba coopera plenamente con los Estados Unidos. Lo hace también con la comunidad internacional en su conjunto”, demanda el documento.
Cuba fue incluida por primera vez en la lista de patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado durante la administración del presidente Ronald Reagan en 1982.
En 2015, el entonces mandatario Barack Obama consideró que la designación no tenía mérito en el caso de la isla.
Sin embargo, el 12 de enero de 2021, pocos días antes de abandonar el cargo, Donald Trump dejó de herencia a su sucesor Joe Biden la reinclusión de Cuba en la lista, algo que el demócrata mantiene pese al reclamo casi unánime de la comunidad internacional.
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