Taguasco no vive en una urna de cristal

Con una identidad bordada por los isleños, la industria azucarera y las parrandas de barrio, entre otros íconos de su economía y cultura, en ese municipio se labora arduamente para salir adelante

Con sus aires campestres, Taguasco aparece en las historias más antiguas como uno de los pueblos aborígenes de la comarca. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Taguasco, que se considera entre los más campestres territorios espirituanos, aparece recogido en las historias más antiguas como uno de los pueblos aborígenes de esta comarca a la llegada de los conquistadores, privilegio que comparte con las cercanas comunidades de Siguaney, Zaza y Tuinicú.

Convertido en municipio a raíz de la división político administrativa de 1976, algunos hitos marcan sus anales, por ejemplo, la continua presencia de las tropas mambisas durante las tres guerras por la independencia, que allí tuvieron campamentos y lugares de con­centración de tropas.

Y entre ellas sobresalió la figura y el liderazgo de Serafín Sánchez, quien recibió el ascenso a Mayor General y Jefe del Cuarto Cuerpo de Ejército de Las Villas, precisamente en Ciego Potrero y años mas tardes cayó en Paso Las Damas, el 18 de noviembre de 1896.

Pero al escribir la historia de Taguasco tampoco puede pasarse por alto la eficiente industria azucarera del central Tuinucú, las vegas de tabaco —fundadas por las manos de sus inmigrantes canarios—, la fábrica de cemento Siguaney —estrenada el 14 de junio de 1971 y tantas veces visitada por Fidel—.

También conforman su identidad las icónicas parrandas de barrio en Zaza del Medio —con la alegría sempiterna de changüises y carrozas—, su reconocida Danza Isleña —funda­da en el ya lejano 1917—, y la demostrada maestría de sus sonetos.

Actualmente, Taguasco lo habitan más de 32 900 personas y cuenta con casi 40 comunidades dispersas en toda esa geografía. Su economía se sustenta en la agricultura, la caña, el cemento y el comercio.

El central Melanio Hernández acumula una rica tradición de eficiencia en sus zafras azucareras. (Foto: Alien Fernández/ Escambray)

A pesar de la entrega y el empeño de los azucareros, el central Melanio Hernández no pudo alcanzar sus metas en esta zafra; mientras que la fábrica de cemento ha logrado estabilidad, cumple sus planes durante este primer semestre del año, diversifica producciones y contribuye con su autoconsumo a las necesidades alimenticias del territorio.

En la mayoría de los indicadores económicos el municipio no alcanza lo proyectado, mientras que la atención a los planteamientos de la población mantiene un elevado nivel de resolutividad, con los principales asuntos pendientes en las agendas de Comunales y Acueducto. 

Las autoridades gubernamentales reconocen entre las principales problemáticas que afectan a los pobladores del territorio el abasto de agua, en particular la zona que depende de la conductora que enlaza los poblados de Siguaney, Zaza y Tuinucú, la cual sufre frecuentes roturas, y la capacidad de la bomba resulta insuficiente.

En estos momentos, se labora por recuperar otro equipo de bombeo para paliar esa situación, se procura mantener al menos en siete días el suministro del vital líquido en las nueve comunidades que dependen del tiro en pipas, en tanto otros cinco poblados ya disfrutan de los beneficios de nuevas bombas, gracias al programa de cambio de la matriz energética.

En cuanto a los viales, la escasez de recursos para su reparación y mantenimiento continúa con una situación compleja en el acceso a varias localidades; mientras que en materia de transporte se han restablecido algunas rutas intermunicipales y viajes diarios de Zaza del Medio a Sancti Spíritus, uno de los trayectos con más demanda.

Si de algo presume hoy este territorio, a pesar de las dificultades con la cobertura de médicos y docentes, es de sus resultados en materia de educación y salud pública, sector este último donde mantienen en cero la mortalidad infantil, prescolar y materna.

Los taguasquenses no viven en una urna de cristal. Como la mayoría de los cubanos, también padecen la escasez de alimentos, los altos precios, las interrupciones eléctricas y las estrecheces de todo tipo que la crisis económica impone. Pero su gente, laboriosa y sencilla, no deja de trabajar para construir cada día un mejor futuro.

La fábrica de cemento Siguaney fue fundada el 14 de junio de 1971. (Foto: Carmen Rodríguez/ Escambray)

*Para la realización de este trabajo Escambray agradece la colaboración de Virgilio Companioni, historiador de Taguasco, y de Nancy Sánchez, intendente de ese municipio. 

Mary Luz Borrego

Texto de Mary Luz Borrego
Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas económicos. Ganadora de importantes premios en concursos nacionales de periodismo.

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *