Teatro Principal de Sancti Spíritus: 185 años de una historia azarosa (+fotos)

En este nuevo aniversario de la emblemática joya arquitectónica espirituana se le borran las huellas de los problemas en componentes vitales de ese tipo de institución

La emblemática construcción se ubica muy cerca a otras joyas: el Puente sobre el Yayabo y la Iglesia Parroquial Mayor. (Foto: Alien Fernández/ Escambray)

A ciencia cierta nadie sabe cuánta vida le auguró el maestro de obra Blas Cabrera al teatro cuando puso la primera piedra. Y mucho menos, que luego se convertiría en una joya del patrimonio espirituano. Lo que sí se conoce es que empleó 11 meses —tiempo récord para la época— en una edificación que respondía a las características del estilo neoclásico.

No pocos lo tildaron de parecerse al famoso Teatro Tacón de La Habana por sus palcos, lunetarios y su excelente proscenio. La acústica estaba garantizada con el aprovechamiento de la topografía del terreno y otros originales recursos. Su inauguración el 15 de julio de 1839 se convirtió en una verdadera revelación para la cuarta villa de Cuba.

Mas, su historia no ha estado exenta de algunas calamidades. La primera tomó asiento durante la Guerra de los Diez Años. De teatro pasó a cuartel. Frente a los ojos de la ciudad ardió la madera de sus palcos y escenario como leña de cocina. Luego, la edificación sirvió de hospital de sangre, albergue de reconcentrados, alojamiento de tropas y de nuevo cocina. En esa última ocasión sin mucha más madera que usar, le quemaron hasta el cielo raso, del tinglado y los decorados, muchos de ellos bajo la firma de Oscar Fernández Morera.

Negados los vecinos de la añeja villa a todo ese deterioro, durante los años de la década del 70 del pasado siglo XIX se restauró por primera vez. Por entonces contaba con 33 palcos en un primer piso; el segundo y tercero estaban dedicados a tertulias, además tenía 200 lunetas.

En esos pequeños respiros como teatro desfilaron por su escenario personalidades del mundo artístico como Juventino Rosas. De su estancia en esta tierra, se supone que compuso su última obra para piano titulada El espirituano. También el Principal —nombre con que se bautizó en el siglo XX— abrió su telón al violinista Brindis de Salas y a las compañías de moda.

El Teatro Principal de Sancti Spíritus es uno de los más antiguos de Cuba. (Foto: Alien Fernández/ Escambray)

Mas, su objeto social duró muy poco, otra vez. Tanto así que el periódico El Fénix, en abril de 1890 publicó la solicitud al entonces alcalde de la villa de reconstruir la edificación. La vox populi refería que se convertiría en un asilo para las viudas de la guerra.

Un año después vuelve a la escena cultural con una programación sistemática. Por sus valores constructivos —los sobrevivientes— e importancia, el 28 de febrero de 1935 dos resoluciones lo declararon Monumento Público de carácter municipal junto a la Iglesia Parroquial Mayor y el puente sobre el río Yayabo.

Pero, de poco le sirvió a la obra de Blas Cabrera dicha declaratoria. Otra vez el infortunio se adueñó de su espacio. A partir del 12 de noviembre de 1974 se convirtió en cine. Y como tampoco se supo entonces y menos ahora, si fue casualidad o ironía, se proyectó el primer día con ese objeto social la película La última bala.

Fue así que, poco a poco, se perdieron las huellas que aun le quedaban a uno de los coliseos más antiguos de Cuba. Sin embargo, en varias ocasiones la gran pantalla cedió espacio a la presentación de emblemáticas figuras de nuestra cultura como Rosa Fornés, quien conmocionó a la ciudad del Yayabo.

Pero, la institución necesitaba de elementos propios del teatro. Por ello, en 2012 una restauración capital le regaló cinco nuevos camerinos, modernos sistemas de climatización, audio y luces, y un original café-teatro. De acuerdo con las fuentes que lideraron aquellas acciones, una de las transformaciones más valiosas fue la ampliación del escenario hasta los 200 metros cuadrados.

A partir de esa fecha su historia ha gravitado en espiral. En algunas épocas ha logrado sostener una programación diversa y con expresiones de lo mejor de nuestra cultura. Otras, prácticamente en silencio o como salón para actos y asambleas. Incluso, ha ocurrido que se ha utilizado para mostrar propuestas que ni tan siquiera rozan a su jerarquía.

Al escenario del Principal, de Sancti Spíritus, ha subido lo que más vale y brilla de la cultura cubana. (Foto: Andrés Castellanos)

A fin de despojar esos silencios, a principios de 2023 funcionó por poco tiempo el proyecto Teatros en red. Se logró regalar a los públicos opciones diversas en dos instituciones pertenecientes al Consejo Provincial de las Artes Escénicas: el Principal y el Centro para las Artes Serafín Sánchez Valdivia. Mas, la falta de apoyo con el traslado y el alojamiento de los artistas de otros territorios provocó que muriera con la misma rapidez con la que llegó.

Y si no bastara ese mal, se arrastró con el mismo, la ausencia de estudios de públicos y horarios, así como infértiles estrategias de promoción de actividades. Sigue siendo su telón de Aquiles el no formar auditorios por la imposibilidad de encontrar opciones sistemáticas que satisfagan sus necesidades e intereses.

Para colmo de males, a finales de ese propio año, otra vez la realidad del Principal se empeñó en gritar que nació maldito. Se hizo público que dejaba caer su telón por presentar problemas con sus sistemas de luces y sonidos, así como un lunetario con comején.

Mas, de nuevo el empuje de muchas personas hace posible que hoy, como regalo a su cumpleaños 185, se borren dichos problemas.

“Es objeto de una remodelación total de esos componentes vitales para su funcionamiento. En el caso de las lunetas llegan como donativo del Ministerio de Cultura. Para ello, el colectivo de la institución cuenta con el acompañamiento de expertos de la Empresa de Producciones para el Arte y Espectáculos (Tecnoescena) y debemos concluir todo pasado el día 20 de julio”, declaró la buena nueva Jose Meneses, su director.

Basta caminar por la edificación para confirmar que el constante trabajo no entiende de horarios y mucho más si se suma a las celebraciones por la efeméride del 26 de Julio. Motivo por el cual la programación por el aniversario del coliseo se ha pospuesto para principios de agosto con el cumpleaños 30 de Teatro Garabato, uno de los proyectos insignes de las artes escénicas espirituanas.

Pretexto festivo aparte, la nueva etapa del coliseo espirituano tiene que marcar un cambio de 180 grados al último período de su historia. Le corresponde afincarse al actual contexto, donde —con el apoyo gubernamental— logre mantener una programación sistemática, diversa y con la interrelación entre los artistas de aquí y los foráneos, así como exigir rigurosidad en la selección de las propuestas, sin perder de vista la prioridad de generar ingresos. Solo así logrará convertirse en verdadera vanguardia en el complejo y necesario proceso de transformación de la endeble programación cultural espirituana.

Lisandra Gómez Guerra

Texto de Lisandra Gómez Guerra
Doctora en Ciencias de la Comunicación. Reportera de Radio Sancti Spíritus y corresponsal del periódico Juventud Rebelde. Especializada en temas culturales.

2 comentarios

  1. Ireno Jesús Reinoso Martínez.

    Buenos días.
    No existen fotos del inmueble de algunas de aquellas épocas pasadas en las diferentes facetas de su vida, que desempeñó, nunca he visto fotos antiguas de TPSS.
    Muy excelente su crónica.
    Gracias.

  2. jpse francisco

    Buenos dias, y El museo que se esta callendo no van a recuoerarlo? aprovechando las obras del 26?

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *