Las bombas utilizadas en el ataque aéreo israelí al campo de Rafah el pasado domingo, que dejó 45 personas muertas y aumentó la condena internacional contra la guerra actual, fueron fabricadas en Estados Unidos. Así lo sostienen expertos en armas y “evidencia visual” revisada por el diario ‘The New York Times’.
Ese ataque, que causó un gran incendio en una zona de tiendas de campaña para personas desplazadas, dejó restos de munición grabados en el lugar al día siguiente, lo que permitió determinar, señalan las fuentes, que se trató de pedazos de una GBU-39, una bomba diseñada y fabricada en Estados Unidos.
“El detalle clave en los restos del arma fue el sistema de actuación de la cola, que controla las aletas que guían al GBU-39 hacia un objetivo (…) El patrón de perno único del arma y la ranura donde se guardan las aletas plegables eran claramente visibles entre los escombros”, describió Trevor Ball, extécnico de eliminación de artefactos explosivos del Ejército de EE.UU., citado por ‘NYT’.
Asimismo, los fragmentos de munición, registrados en las imágenes de Alam Sadeq, un periodista palestino, también están marcados por una serie de números que comienzan con “81873”. Se trata del código de identificación único asignado por el Gobierno de Estados Unidos a Woodward, un fabricante aeroespacial con sede en Colorado que suministra piezas para bombas, incluida la GBU-39, destaca el reporte.
Aunque el Ejército israelí se negó a especificar la munición utilizada en el ataque del domingo, el principal portavoz militar del país, el contralmirante Daniel Hagari, resaltó que «el ataque se llevó a cabo utilizando dos municiones con pequeñas ojivas adecuadas para este ataque dirigido», remarcando la versión del Ejército de que emplearon armas de “alta precisión”.
La investigación de la prensa estadounidense subraya que, de hecho, durante meses los funcionarios estadounidenses han estado presionando a Israel para que utilice más bombas de GBU-39 en Gaza, ya que, aseguran, pueden reducir el número de víctimas civiles. Explican que generalmente son más precisas y mejor adaptadas a entornos urbanos, en comparación con bombas más grandes, incluidas las de 2.000 libras fabricadas en Estados Unidos que Israel utiliza habitualmente.
Esa embestida tuvo lugar después de que a principios de este mes el presidente Joe Biden anunciara públicamente que detenía la entrega de bombas más grandes al Ejército israelí.
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