Fue justamente este deporte el que inauguró la presencia espirituana en estas lides, cuando el trinitario Godofredo Baso llegó hasta los Juegos de Londres 1948. Baso, un soldado de Batista que alcanzó el grado de teniente, ocupó el lugar 47 en la pistola libre a 50 metros.
Desde entonces hasta la fecha han sido cinco los tiradores espirituanos que han intervenido en nueve Juegos Olímpicos. De todos, la más encumbrada ha sido la riflera Eglys de la Cruz Farfán, no solo por ser la única espirituana y de las pocas cubanas en incursionar en cinco Juegos, sino la única atleta de ese deporte en lograr subir a lo más alto del podio entre las mujeres.
Fue el 14 de agosto de 2008 en Beijing cuando la tiradora, entonces con 28 años, alcanzó la medalla de bronce en la modalidad de rifle a 50 metros. Su competencia fue emocionante. En la cuarta tirada, De la Cruz Farfán estaba al frente de las tiradoras, pero en la siguiente descendió en la puntuación. Los nervios se tensaron, pero en la penúltima tirada logró un ¡diez! y una tirada de 687.6, récord nacional y medalla de bronce. Delante quedarían la china Du Li, con 690 unidades y la checa Katerina Emmaons, con 687.7 puntos.
Era la primera de la delegación espirituana en Beijing y del tiro yayabero en 29 Olimpiadas y, como se ha dicho, también la primera de una tiradora cubana en la historia olímpica.
“Cuando llegué a Cuba en la grabación vi que estuve un tiempo en el primero, en el segundo, bajé al cuarto; sin embargo, ahí en competencia no sabemos nada hasta el último disparo en que tú sales y ves en la pizarra —recordaría entonces después del suceso—. Me sentí contenta, pero… entré en la final en segundo lugar, aunque ahí pasa cualquier cosa. No me gusta perder la posición, todas eran campeonas, medallistas o finalistas olímpicas y mundiales. Es una gran medalla de bronce para mi deporte, mi modalidad; pero quería más, hasta el oro, eso lo quiere todo el mundo.
“La noche anterior no dormí nada, estaba ansiosa, con deseos de competir, me la pasé sentada en la sala, me dieron las seis de la mañana. Entonces me alisté y me fui para el campo de tiro a competir. Salí bien o lo hice lo mejor que pude y solo unos días después le vi el real valor a aquella medalla”, relataría la espirituana.
Antes de Beijing, Eglys había participado en la versión de Atenas 2004, y tuvo fuerzas para repetir después en las ediciones de Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020.
Tras la participación de Godofredo, el tiro deportivo yayabero reapareció en las lides bajo los cinco aros en Montreal 76 por intermedio de José De Jesús González y siguió en 1980 con la intervención de Jorge Félix Ríos, en Barcelona 92.
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