La cultura popular tradicional cubana tiene en Felicia Vilma Estepa Valdivia y Leonardo Alberto Valdivia García a dos representantes genuinos, cabaiguanenses retribuidos con el Premio Memoria Viva 2024 en la categoría de Personalidad.
La pareja de bailarines prestigia el vestuario típico del campesinado tinerfeño del siglo XIX e interpreta el tejido de la cinta. Siete palmas reales custodian el espectáculo a todo color que parece tomar movimiento en un lienzo particular: el antebrazo de la directora de la Danza Isleña de Pozas, orgullosa de tatuarse una de las estampas escenificadas por el conjunto portador.
De los 95 junios de la agrupación, Felicia Estepa ha permanecido por casi media centuria a la cabecera de este reservorio de costumbres campesinas y canarias, promesa cumplida al isleño José Garcés, artífice de la danza acreedora de los lauros Memoria Viva y Cultura Comunitaria.
“Lo fundamental para el desarrollo de un país y su cultura es fortalecer lo referente a los valores identitarios a través de la formación de las nuevas generaciones, para que en el futuro sean capaces de mantener nuestras tradiciones”, refiere con total satisfacción esta estudiosa del folclor canario y cubano, una incondicional de los colores blanco, azul y amarillo que matizan la enseña de las siete islas afortunadas.
Leonardo Valdivia, lomero a ultranza, se confiesa centinela de un acontecimiento cultural, las parrandas guayenses, declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, apenas una de las expresiones a las que ha dedicado más de tres décadas su vida.
“Mi compromiso ha sido intencionar los procesos afines a la espiritualidad de la nación. Guayos es un pueblo con una efervescencia cultural muy rica, mérito que incita a continuar el trabajo y ello requiere de más corazón y puño. Si todo dependiera del hacer nuestro, no tuviéramos ninguna objeción, pero la cultura requiere de acompañamientos, máxime en la actual situación que atraviesa el país, para ofrecer lo mejor al pueblo”, destacó.
Ese constante empuje por el rescate de las raíces de su terruño —un continente para él—, junto a otros cómplices que visten de rojo y los parranderos del barrio contrario, Cantarrana, le ha valido ovaciones imperecederas al promotor de siempre, director artístico y guía imprescindible de la casa de cultura comunal Elcire Pérez.
Según Rafael Lara González, metodólogo nacional de Cultura Popular Tradicional y presidente del jurado de este premio, el reconocimiento estimula a individuos, familias, agrupaciones y comunidades con un quehacer destacado en la salvaguarda de ese patrimonio cultural.
El Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello otorga tan significativo galardón, a entregarse oficialmente en las próximas semanas, conferido además en las modalidades de Preservación de Tradiciones y Proyección Artística.
La fundamentación de las propuestas de Felicia y Valdivia en el apartado de Personalidad resaltó entre las nominaciones presentadas de todo el país y con repercusión para Sancti Spíritus, al conquistar tal lauro dos exponentes de la misma provincia.
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