De punta a punta, Trinidad fue, otra vez, el mejor equipo de béisbol del territorio, al ganar el Campeonato Provincial en su versión 46.
Esta vez, los apodados Tiburones del Sur fueron aún más convincentes al ganar en calidad de invictos el torneo y sin necesidad de terminar el tormentoso calendario regular, matizado por las suspensiones constantes, debido a los colapsos eléctricos, la falta de combustible y las fases ciclónicas.
En nada ni en nadie creyeron los sureños. Eslabonaron una cadena de éxitos de 12 sin el asomo de un revés en el evento, que se había propuesto un calendario regular de 16 partidos, pero no hizo falta concretarlos ante el empuje de los trinitarios, quienes se hicieron inalcanzables para sus rivales en un sistema que esta vez prescindió de los play off para decidir el título.
El éxito de los sureños los confirmó como el mejor equipo de este siglo en predios espirituanos. Desde el 2005, cuando ganaron el título por primera vez tras 28 ediciones de espera, suman 10 las veces que han levantado la copa de campeones.
Y en ese lapso, la fórmula ganadora tiene el nombre de Osmani Rodríguez, quien se ha llevado el pergamino en siete ocasiones (los restantes han sido Reinier Escobar, con dos, y Daniel García, con uno).
Pueden cambiar los nombres: los del talentoso Ismel Jiménez o el mítico Yunier Mendoza, antes; o de estrellas de los Gallos como Yanielkys Duardo, Rodolexis Moreno o Duniesky Barroso, ahora; pero los hombres que han defendido por años los colores trinitarios tienen el don de luchar como pocos por la camiseta de su patria chica
“Somos una gran familia, esa es la clave del triunfo —resume Osmani en pocas palabras—, los grandes llegan y se integran al equipo como uno más y mantenemos la disciplina y la entrega de todo el equipo”.
Los trinitarios no pudieron disponer de una de sus cartas de triunfo desde el box: el lanzador zurdo Ariel Zerquera, quien se recupera de una lesión y aun así quienes se subieron a la lomita respondieron con creces.
Otra de las claves fue la unidad en torno a un objetivo. Mientras otros elencos padecieron de la intermitencia de los peloteros que juegan en la Serie Nacional, Trinidad logró nuclearlos y “todos los que empezaron, terminaron con el equipo”, apunta el director.
Un factor determinante fue la motivación. No solo la que emerge del orgullo colectivo por defender la capacidad de ser campeones provinciales y nacionales del evento de clubes. En medio del torneo, Trinidad lamentó el fallecimiento repentino del entrenador de béisbol muy querido en la villa Julio Gutiérrez.
“Y los muchachos prometieron luchar más fuerte, jugar mejor como el mejor homenaje a quien lo dio todo por la pelota. Te garantizo que, si hubieran realizado los 16 juegos, igual hubiésemos terminado invictos”, sentencia Osmani
El pacto fue honrado. Por eso, al término del partido que los acuñó como campeones en medio del estadio Rolando Rodríguez, escribieron con sus gorras el número 59 que llevara siempre Julito, como lo conocían en la villa.
Los títulos de Trinidad se forjan incluso antes. “Aquí no se deja de jugar durante todo el año, en copas y eventos que se organizan en diferentes lugares del municipio y donde juegan muchos peloteros de Series Nacionales, mucho más ahora que se alargó su inicio por tantos meses y de ahí siempre hay una cantera para jugar la provincial”.
Ser ganadores de la Serie Provincial les presenta otro desafío a los trinitarios: luchar por retener la corona que poseen como ganadores del Torneo Nacional de Clubes Campeones en el 2024, cuando se convirtieron en los primeros de la provincia en obtener este galardón.
Ese camino lo iniciarán apenas se estrene el 2025 y ya conocen el primer rival: los Pumas de Florencia, campeones de Ciego de Ávila.
Por eso el fin de año los despide en pleno entrenamiento y los recibirá el próximo porque, de cumplirse lo anunciado, el evento empieza el día 11.
“Puedes vivir convencida de que vamos a salir al terreno con la convicción de repetir el título”, sentenció finalmente Osmani.
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