Escambray Periódico de Sancti Spíritus
Lo que nació como experimentación e inquietud creativa del artista trinitario Israel Rondón Mainegra, se ha transmutado en un proyecto que mira al espacio interior del ser humano y es inagotable, como el mismo material que lo inspira.
El Museo de Arqueología de la sureña urbe le abrió las puertas a esta propuesta, más que estética, conceptual, que su creador ha llamado Tierranza en alusión a ese hilo indestructible entre la madre Tierra y el hombre.
Pero antes de llegar a las obras pictóricas y desde las artes escénicas, la danza y la poesía se rindió culto a este elemento natural, con disímiles usos desde tiempos remotos.
Escenas de la obra Génesis, del grupo de teatro la Trinidad, sirvieron de preámbulo para la inauguración de la muestra que realza el uso de técnicas tradicionales para lograr tonos y texturas hermosas y de un simbolismo profundo.
El proyecto de Israel, que se nutre en términos teóricos de eventos importantes desarrollados en esta urbe, como Trinidad a la Cal y el 21 Seminario Iberoamericano de Arquitectura y Construcción con tierra, abre nuevos espacios para la creación.
Tras su visita a África y sus primeros trabajos con la tierra, el artista encontró en el Museo de Arqueología y sus especialistas las bases conceptuales para organizar estas ideas. “Me ha dado la base filosófica y espiritual para entender mi obra y continuarla”.
En evolución siempre, Tierranza invita a sus talleres no solo a los artistas plásticos de la villa, sino además a arquitectos, artesanos, albañiles que trabajan técnicas tradicionales… para generalizar la creatividad en cuanto al uso de este recurso. “Todas las personas pueden encontrar un punto de contacto. Trinidad es eso, una ciudad de encuentros.
“La tierra es mi modo de expresión, me sirve para crear sobre el lienzo, la escultura, para trabajar incluso sobre el cuerpo humano; es el material que me servirá por mucho tiempo para continuar realizándome como artista plástico”.
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Escambray / ISSN 9664-1277
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