La ciudad de Trinidad seduce por su variedad cromática, donde resalta el contraste de rojizos tejados y fachadas de tonos claros. Sin embargo, el verde urbano es escaso debido a la insuficiente presencia de árboles en el entorno citadino.
La conclusión la valida el estudio desarrollado por un equipo de trabajo de la Dirección Técnica de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios, encargado del levantamiento y diagnóstico de las especies vegetales existentes en los parques, plazas, plazuelas y otros espacios públicos de la sureña villa.
Al frente de esta indagación, el máster Erni Álvarez González, especialista para la Ciencia, la Innovación, la Tecnología y el Medio Ambiente en la Oficina trinitaria, aportó evidencias acerca de la distribución del patrimonio verde en la ciudad, el pobre aprovechamiento de este recurso forestal, así como la poca diversidad de especies autóctonas.
“El trazado original de la villa no concibió un desarrollo del arbolado por el entramado de sus calles empedradas, desprovistas de vegetación, con excepción de los parques y plazas. La mayor cantidad de sistemas verdes se localiza en los patios interiores de las viviendas, lo cual será fundamentado en un segundo momento de la investigación”.
De acuerdo con el experto, entre las especies arbóreas empleadas en la jardinería sobresalen el Pino de Nueva Holanda (Casuarina equisetifolia) y las palmas que no aportaron grandes ventajas medioambientales. Sin embargo, a partir de los proyectos de intervención de la Oficina del Conservador y los planes de reforestación se logra un manejo más adecuado con la introducción de otros árboles como el Framboyán rojo (Delonix regia) y el Ficus (Ficus benjamina) de majestuosa copa y amplia sombra.
La Alameda de Concha es de los espacios públicos el más privilegiado por la presencia de variedades vegetales y frescor. En el hermoso paseo que conduce al poblado de Casilda sobreviven algunos álamos originales; otros en cambio, han completado su ciclo de vida y necesitan ser renovados.
El estudio —y es ese uno de sus mayores aciertos— propone un moderno modelo de gestión del recurso forestal, con la incorporación en los diseños urbanos de nuevas zonas verdes, en particular en las periferias de la ciudad, a fin de aprovechar los beneficios medio ambientales de los bien llamados pulmones del planeta.
«La carencia de ofertas en el mercado local, la deficiente gestión comunal agravada por la carencia de viveros ornamentales en el sector estatal, la limitada producción de especies endémicas y el desconocimiento por parte de los diseñadores y decisores del uso de especies idóneas adaptadas a las condiciones climáticas imperantes figuran entre los factores que se deben modificar”, acota Álvarez González.
La propuesta investigativa aborda un tema de gran interés y evidencia la necesidad de integrar soluciones a favor de la gestión ambiental que permitan restituir el verde a la Ciudad Museo del Caribe.
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