“Un día comencé a marcar la diferencia; tomé una botella y la coctelera, luego tres elementos… Y me volví más diestro, hasta que descubrí que tenía nombre lo que yo hacía”; con la misma soltura de sus movimientos brotan las palabras de Miguel Enrique Zayas González, un joven bartender que tiene el poder de deslumbrar a todos por el exquisito sabor de sus cocteles y la forma peculiar de elaborarlos.
Su estilo es todo un espectáculo detrás de la barra. Se conoce como flair y requiere de una habilidad y concentración extraordinarias para dominar herramientas y técnicas diversas mientras mezcla todos los ingredientes de un trago. Hay quien lo define como arte o un deporte extremo. “Yo lo que hago es divertirme y que los clientes se sientan bien”, cuenta este muchacho de 19 años que trabaja en uno de los bares del hotel Memories Trinidad del Mar.
Quienes conocen de coctelería saben que no se trata simplemente de hacer malabares con un par de botellas, una o dos cocteleras y la copa para lograr el sabor deseado. Aprender este estilo es sinónimo de disciplina, pasión y constante entrenamiento. Miguel Enrique es la viva estampa de ello. En menos de un año de práctica es ganador de varios eventos en la región central y se ha codeado con los campeones cubanos de esa modalidad.
“Lo ordinario le gusta a todo el mundo”, dice sin sombra de petulancia, pero sí con emoción, pues sabe que el mundo de la coctelería es competitivo y exige, además de habilidades, ese toque de talento con que la vida lo premió.
“Mi papá es chef; y un día me dijo: ‘Este camino es bonito, pero no es para ti’. Lo convencí para optar por la especialidad de servicios gastronómicos, después me hice dependiente y, luego, bartender.
“Fue él quien me habló de un amigo que practicaba algo del estilo flair y me puso en contacto con él a través de WhatsApp. No nos conocemos personalmente; sin embargo, estoy muy agradecido de sus consejos. Se llama Héctor.
El mundo de la coctelería es fascinante y hay que nacer con el don —como este joven trinitario— de lograr esa variedad de sabores que pueden encajar en muchos paladares, desde los que desean una bebida dulce hasta quienes buscan un toque más amargo o salado.
¿Cómo recuerdas tu primera competencia?
Fue cuando choqué con la realidad y comprendí que no era tan simple como imaginaba. Me propuse superarme día a día. Aprendí que hay niveles de complejidad. Entonces comencé a dominar más elementos: dos cocteleras y dos botellas, tres cocteleras y una botella…
Al principio me ponía nervioso; lo nuevo asusta a todos, no importa la edad. Yo soy joven y las ganas de mostrar mis habilidades son mi mayor motivación. Es un reto grande, pero tengo todo el tiempo del mundo para prepararme y perfeccionar la técnica.
¿Y, además, disfrutas lo que haces?
Todo detrás de la barra me gusta. A mí encanta cuando llega un cliente y que vea lo experto que puedo llegar a ser, a pesar de mi juventud; que puedo conversar en su idioma o en el mío y que soy capaz de brindar un buen servicio. Y ya lo otro es entretenerlo y entretenerme a mí.
La preparación es fuerte y el estudio, también…
Sí; lo primero que me interesó fue conocer la historia de la coctelería, cómo elaborar los tragos y ser un profesional excelente.
Todo lleva un entrenamiento riguroso. No solo se pueden partir las botellas, también hay consecuencias para tu cuerpo porque te puedes cortar, tienes que tener cuidado. Son muchas las horas de práctica diaria. Soy de los que piensan que la constancia te hace cada vez mejor.
Paso a paso impones tu estilo en las competencias, ¿cómo te has sentido entre los mejores del país?
Mi primer evento fue una competencia municipal en Trinidad. Alcancé primer lugar en coctelería clásica y coctelería flair. Ese fue mi despegue.
Luego, participé en el festival Varadero Gourmet, mi primera competencia nacional. Pude ver y conocer a mis rivales, aprendí mucho de ellos. Fue el mismo día de mi cumpleaños, el 22 de septiembre, nunca lo voy a olvidar.
He participado en otros encuentros organizados por Palmares, como el Fabio Delgado In Memóriam. En FITCuba 2024 hicimos muy buena demostración y compartí con los actuales campeones y ganadores de los primeros premios que pertenecen al grupo Cubanacán.
Sueñas en grande…
Lo primero es continuar haciendo lo que me gusta y creciendo en mi trabajo. Estoy estudiando la licenciatura en Turismo; quiero llegar a ser maitre, dirigir todo el servicio gastronómico en un restaurante… Te detienes donde tú mismo te pongas los límites, y yo nos los tengo.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.